Por Richar Centeno Torres
Hace unos días, una noticia causó revuelo en las redes sociales: Finlandia, un país modelo en educación mundial, anunció el fin de la escritura a mano en sus aulas escolares. Esta información causó gran alegría entre los entusiastas promotores de las nuevas tecnologías en educación, pero cierta desazón en quienes piensan que la escritura manual es vital para el desarrollo educativo de los niños.
Si bien las autoridades finlandesas han precisado que se reemplazará la enseñanza de la escritura a mano caligrafiada por un curso de mecanografía y se mantendrá el aprendizaje de la escritura de letra imprenta, es evidente que muchos países revisarán sus planes curriculares para tratar de estar a la altura de las nuevas tendencias educativas.
La justificación es sencilla: los chicos de hoy están más familiarizados con los nuevos dispositivos –laptop, tablet y smartphone– que con los lápices, lapiceros y cuadernos.
Las nuevas generaciones ya casi no escriben a mano y menos en letra cursiva, sino en teclados físicos o de pantalla táctil.
Entonces, se trata de una tendencia irreversible hacia el fin de la escritura a mano por una cuestión de simple utilidad. No se puede seguir enseñando algo que ya casi no se usa y en el futuro no se usará.
Pero no se trata solo de la escritura, sino también del sistema.
Los jóvenes de hoy están acostumbrados a ordenar sus textos usando el famosos ‘copy and paste’ (copia y pega) de las computadoras, lo cual no es posible hacerlo en un cuaderno o una hoja de papel.
Otro argumento de peso tiene que ver con la velocidad. La escritura en una PC es mucho más rápida que a mano: en un teclado se puede escribir unas 60 palabras por minuto en promedio, mientras que con un lapicero apenas podemos escribir unas 20 palabras en ese tiempo. Y obviamente, el resultado es muy diferente: los textos en pantalla son mucho más legibles que una escritura a mano, sobre todo si es hecha a gran velocidad.
Hay también un factor ecológico.
Con la nueva forma de escribir en el sistema educativo pasarán al olvido no solo los cuadernos de caligrafía, sino también todos los cuadernos de papel. De hecho, esto ya está ocurriendo desde hace algunos años en muchas escuelas del mundo, donde el uso de las computadoras se está haciendo común.
Esta tendencia incluye a Francia, donde la enseñanza de letra cursiva a mano es estricta. Las escuelas han empezado a flexibilizar el sistema de escritura para hacerlo un poco más moderno, menos clásico. No es un gran cambio, pero ya se empiezan a replantear criterios que antes se consideraban intocables.