Por varios años, la función educativa en el Conservatorio, estuvo fijada en el aprendizaje de un instrumento, el dominio de algunas nociones musicales y alguna que otra agrupación artística , en beneficio del estudiante; fue la década de los cincuenta y cuya actividad se prolongó en las siguientes, bajo un esquema tradicional, solo para la interpretación de las obras magistrales del repertorio universal.
En su mayor parte, los alumnos procedían del nivel medio y sus expectativas estaban planteadas, en virtud de diferentes géneros, por citar: Operístico, religioso y académico; podría señalarse como una entidad hermética a las nuevas exigencias de la realidad social y la tecnología.
Ello en cierta manera, fue modificándose en la relativa apertura, cultivo y practica a otros ritmos, la revisión de currícula y la mejora sustantiva por organizar la documentación en Secretaría académica. Ocupo en su momento, distintos locales y sigue utilizando ambientes situados en la sede del jirón Independencia, conjuntamente, con otras instituciones artísticas; lo cual, en ocasiones, dificulta la ejecución de actividades con mayor relevancia.
Mas en los setentas, le fue donado un terreno en la urbanización Santa María, que cuando era conveniente y apropiado, no se logró aprovechar e inclusive, por la superficial y antojadiza gestión y actitud de ciertas personas, el Conservatorio fue objeto de singular disminución y perdida en su patrimonio.
Con el tiempo, la población del Conservatorio, se vio enriquecida con la presencia de jóvenes cultores de la música popular y quienes a su vez, con dedicación hoy manifiestan sus ideales de superación, al concluir sus estudios profesionales con responsabilidad, en mérito de obtener el Título de Licenciado en la especialidad de Educación Musical y Música. Melodías criollas, de estudiantinas, folclóricas, rockeras, tropicales, fusiones y otras, se fueron incorporando, al material formativo y vivencia en las aulas de la institución y exponiendo el arte en algunos certámenes programados durante el año.
Aunque con la modificación de los planes de estudio, la adquisición de pianos modernos, la interconexión de internet básico y la existencia de los titulados, se ha avanzado mucho; falta aún insistir e implementar aquellos proyectos de acción propios de una institución activa del siglo XXI.
Finalmente, es una exigencia inevitable, contar con un Complejo Educativo, funcional y céntrico; el cual, permita el desarrollo de las actividades de formación y proyección cultural, bajo un concepto turístico e integrador con la comunidad.
Una institución real y con presencia, que afirme su finalidad y aporte una moderna performance de trabajo e influencia en el medio social; que se podrá cristalizar con : la suscripción de convenios estratégicos; la gestión de donaciones; la búsqueda de opciones en nuevos ingresos económicos y el permanente reclamo de mayor presupuesto, a cargo del Gobierno Central, Regional y Municipal. Trujillo, exige por ello, que el Conservatorio Carlos Valderrama, tenga plena vigencia en el espacio cultural y la juventud, exprese sus emociones y habilidades artísticas, mediante una participación espontánea de criterio amplio y solaz iniciativa, donde la alegría y el optimismo, funde el motivo concreto de sus objetivos académicos.
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