Por: Manuel Rodríguez Romero
manuelbrr@hotmail.com
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Desde cuando aún no tenía uso de razón hasta los 16 años solía acompañar, los 15 de diciembre de cada año, la procesión de la Virgen de la Puerta de Otuzco simulando un esclavo, de aquellos que libertó Ramón Castilla. Cuando tenía recién un año de haber venido a este mundo, mis padres me “regalaron” a la “Mamita” y por lo tanto me pintaban con tizne de olla de barro, me ponían un sobrero a la “pedrada” y un cotón con cadena a la cadera. Claro que cuando grande lo hacía solo y la letra de la canción en homenaje a la Reina de la Paz lo tenía memorizada.
Los esclavos “negritos” siempre han sido fieles acompañantes de la Virgen de la Puerta. Hoy los grupos se han multiplicados. No solo los hay en Otuzco, sino en Laredo, El Porvenir, La Esperanza, etc, que se hacen presentes en cada manifestación religiosa en homenaje a ella, al igual que Los Gitanos, Las Collas, Los Canasteros y otros que se están extinguiendo por la falta de una cultura de identidad.
Lo que afirmo es para corroborar mi fe y devoción a la Virgen de la Puerta, como que también me formé en una escuela regentada por religiosas franciscanas, la Escuela San José 265, que funcionaba donde ahora está la Beneficencia Pública de Otuzco. De no haber sido periodista tal vez hubiera sido sacerdote, este era el objetivo de la madres Francisca e Imelda.
Con ello quiero decir que me siento complacido saber que el Ministerio de Cultura declarará Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación a la Festividad en honor a la Virgen de la Puerta, Patrona del Norte del Perú y Reina de la Paz Universal, coronada así por el legado papal Fernando Cento el 27 de octubre de 1943, durante el III Congreso Eucarístico Nacional en la ciudad de Trujillo.
Por lo explicado, la declaración tiene como objetivo primordial contribuir a la valorización y salvaguarda de las expresiones culturales del pueblo otuzcano durante las festividades en honor a la “Mamita”: 15 de diciembre (la principal), el 27 de octubre (aniversario de su coronación) y 01 de enero. Con esto se busca a la vez elevar el desarrollo turístico en la zona de influencia.
En el 2002, al postular como consejo regional sin mayor suerte, propuse que la ciudad de Otuzco obtenga el título de Capital Turístico-Religiosa del Norte del Perú, precisamente, por la antiquísima festividad en honor a la Virgen de la Puerta, al congregar miles de personas que llegan a orar ante ella provenientes de diversos lugares del país y del extranjero.
El calificativo sin embargo debería ir acompañado de incentivos para la inversión privada, a fin de que los empresarios oriundos y foráneos pudieran construir establecimientos de hospedaje y restaurantes de buena calidad que tanta falta hacen en la actualidad. Es más debería instalarse un aparador turístico, con estación de expendio de combustible, entre otros servicios.
En 1550 los religiosos agustinos entronizaron a la patrona de Otuzco, Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, en el altar mayor del templo que construyeron junto al campanario que hasta hoy se observa. La fiesta fue instituida en aquel tiempo el 8 de diciembre.
En octubre de 1570 llega de España la sagrada imagen de la Inmaculada Concepción. Por haber sido entronizada en la hornacina ubicada sobre la puerta principal del templo, para una mejor identificación, recibió la denominación de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción de la Puerta o de Virgen María de la Portería.
Fue en junio de 1664 que el obispo de Trujillo, monseñor Juan de la Calle Heredia, dictó una orden episcopal oficializando la celebración de la fiesta del 15 de diciembre en honor a Nuestra Señora de la Puerta. Desde entonces de miles de devotos llegan a venerar a la milagrosa imagen.
Cada año recibe en donación por los favores recibidos mantos muy hermosos, que luce en cada día de fiesta; también coronas y alhajas de oro y plata, amén del dinero en efectivo que recibe en sus alcancías administradas por la Hermandad, dinero que debería ser invertido prioritariamente en programas sociales en favor de niños y ancianos precarios.
En los años 80 toma fuerza el título de Otuzco: Capital de la Fé, frase que acuñó el polifacético maestro otuzcano Fidel Horna Cortijo (+) y que caló en el sentimiento popular religioso. Esta frase fue difundida ampliamente por el Diario La Industria y en su Suplemento Dominical. Ahora en todo el Perú se le conoce a Otuzco, como Capital de la Fe por el imán precisamente de fe que tiene en torno a la Virgen de la Puerta.