Por Richar Centeno Torres
Desde hace varias décadas se viene promoviendo el uso de las bicicletas como medio de transporte en la capital, con la construcción de ciclovías en varios distritos y campañas para su uso como medio saludable y ecológico.
Si bien en la capital existen aproximadamente 120 kilómetros de ciclovías, estas no están integradas y en la mayoría de los casos carecen de mantenimiento o están en pésimas condiciones.
Precisamente, para tratar de subsanar estas deficiencias y promover la bicicleta como medio de transporte, el Concejo Metropolitano de Lima aprobó a fines del año pasado una ordenanza que, entre otras cosas, buscará optimizar las condiciones de circulación de los ciclistas. Asimismo, la norma municipal procura reforzar el aspecto recreativo de las bicicletas, consolidando el llamado “ciclodía”, que se realiza todos los domingos en las mañanas en la avenida Arequipa, que es cerrada para el uso exclusivo de ciclistas y peatones.
Según cifras del INEI, aproximadamente un 30% de hogares limeños tiene una bicicleta, mientras que el 17% cuenta con un auto. Sin embargo, ni el 1% usa la bicicleta para movilizarse al trabajo o centro de estudios como medio de transporte. La gran mayoría utiliza este potencial medio de transporte con fines recreativos.
Obviamente, la principal causa de que esto ocurra es la ausencia de una cultura ciclística en Lima que promueva desde todas las instancia el uso de la bicicleta como medio de transporte y se dé la protección adecuada a los ciclistas. En Alemania y otros países de Europa, por ejemplo, los ciclistas tienen la máxima prioridad y preferencia en las vías; luego siguen los peatones.
Otras causas importantes que impiden el desarrollo de la bicicultura en la ciudad y en todo el país es la falta de una infraestructura completa e integrada para poder movilizarse. Es decir, una red de ciclovías amplias con señalización y protección para los ciclistas, separándola de las pistas para evitar accidentes.
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