Que un grueso porcentaje no conozca a todos los candidatos y otro tanto aún no haya decidido su voto, es una evidencia de lo mal que se está llevando la política en Perú.
Los preocupantes resultados del sondeo que hoy publicamos sobre el grado de compromiso e interés de los ciudadanos trujillanos hacia el próximo proceso electoral del 5 de octubre, nos convoca a una lógica reflexión: ¿qué sería de las elecciones en el Perú si el voto fuera facultativo como sucede en otros países y no obligatorio?.
Definitivamente, la asistencia a las urnas fuera bajísimo dado el grado de indiferencia que existe hacia la clase política peruana y todas las actividades en la que se involucra; las elecciones es una de ellas y hoy vemos las consecuencias de la andanada de irregularidades en las que se ha visto envuelta en los últimos años.
El que a poco más de un mes, según el sondeo que ha elaborado el Patronato Trujillo Ahora! y aplicado en su gran mayoría a jóvenes, un grueso porcentaje no conozca a todos los candidatos para la alcaldía y Gobierno Regional y otro tanto aún no haya decidido su voto, es una evidencia de lo mal que se está llevando la política en el Perú, hoy sumida en una grave crisis de credibilidad.
Fresca todavía está en la mente del elector la dictadura de los 10 años del gobierno de Alberto Fujimori y la opulencia de Vladimiro Montesinos, así como vigentes se encuentran las investigaciones a los expresidentes Alejandro Toledo y Alan García.
De ahí en más, la lista es larga de congresistas, alcaldes y presidentes regionales desaforados de sus cargos, expulsados de sus partidos y otros purgando condena por evidentes actos de corrupción y hasta de asesinatos.
Las sospechas sobre la oscura presencia del narcotráfico en los partidos políticos y su posterior evidencia, ha hecho que su indigencia toque fondo y ponga sobre el tapete la duda si es que esta crisis de valores puede revertirse o debemos acostumbrarnos a convivir con ella.
Mientras que veamos desfilando frente a nuestras retinas a candidatos sin propuestas claras, apelando al improvisado aunque efectivo asistencialismo; sin propuestas claras ni trayectoria ideológica; como también a autoridades vinculadas a oscuras maniobras, la percepción no cambiará en el electorado y la clase política seguirá de tumbo en tumbo.
Frente a ello, se espera un cambio de 180 grados en casi todos los actos de los partidos y movimientos políticos, pues de los candidatos que elijan dependerá la percepción que se forme de ellos la colectividad.
Hoy en día, lamentablemente, los candidatos no ajustan sus intereses a la ideología del partido o movimiento que representan o, por lo menos, al programa que ofrecen. Su intención, avalada casi siempre por el dinero que poseen para invertir en campaña, es desarrollar una carrera política o, en su defecto, prolongarla. Así no juega Perú.
Fuente: Diario La Industria
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