lunes, 18 de julio de 2016

EL ERROR DE ENFATIZAR LA GRAMÁTICA AL INICIO DE LA ESCRITURA


¿Es mejor conocer las reglas de ortografía antes de aprender a escribir, a redactar y expresar las ideas? Esa pregunta ha sido resuelta hace tiempo por la comunidad académica a favor de diferir el estudio de la gramática hasta el momento que los niños ya tienen una escritura solvente. A pesar de ello, en las aulas sigue prevaleciendo la preferencia por iniciar la escritura aprendiendo desde el inicio las reglas gramaticales. Resulta oportuno entonces citar algunos argumentos de la experta en el tema Michelle Navarre de la Universidad De Paul de Chicago para beneficio de los lectores (“El método equivocado para enseñar gramática, y el más utilizado; Elconfidencial 27/02/2014).

Las normas de acentuación, puntuación o usos de “b” y “v” se convierten en la tortura de los escolares que tienen que hacer dictados, memorizar reglas y hacer ejercicios de ortografía y gramática. Eso no es más que una pérdida de tiempo que frena el desarrollo de las capacidades creativas, intelectuales y del pensamiento crítico de los menores. Ella sostiene que para aprender a escribir hay que escribir y leer, de la misma manera que para aprender a montar bicicleta o algún deporte hay que practicarlo. Esa es la forma eficaz de aprender a escribir. Es preferible la redacción libre (activa) que los dictados (pasivos).No se trata solamente de adquirir una técnica correcta, sino de entender que la escritura es una forma de comunicación, exposición, presentación de ideas, que solo así va de la mano con el cultivo de la comprensión lectora. El énfasis en los dictados y las reglas gramaticales  atentan contra la reflexión crítica y  manifestación de opiniones durante los primeros años de escolarización, así como la capacidad de aprender de sus propios errores.

Asociar la escritura con la ortografía y la gramática desconecta la escritura de la expresión de ideas o sentimientos. Es más, coacta la libertad de expresión de ideas por el temor a redactarlas mal.  


No es casualidad que la mayoría de los adultos peruanos tienen dificultad de leer textos complejos y redactar fluidamente sus ideas, y que no disfruten de la lectura de libros de libre elección. Algo en su formación en lecto-escritura falló; hay que reformular los enfoques pedagógicos basándose en la investigación científica disponible.  

NOS ESCRIBE: León Trahtemberg

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