lunes, 17 de septiembre de 2012

Es lógico que los jóvenes no sepan nada

Por: León Trahtemberg

Muchos se quejan de que los jóvenes peruanos no saben nada de la época del terror, del MRTA y Sendero Luminoso y sus líderes presos; tampoco saben quién fue Grau, Mariátegui, Haya de la Torre, Belaunde, Velasco; no han leído ninguna obra de Vallejo, Arguedas, Vargas Llosa o Bryce; no saben qué es el nazismo y qué pasó en la Segunda Guerra Mundial; no asociación Hiroshima y Nagasaki con nada; no pueden señalar en un mapa a India, Japón, Iraq o Afganistán, mucho menos a Israel e Irán, ni explicar qué conflicto hay entre ellos... Pero ¿por qué habría de sorprendernos?
Imaginemos que todos los representantes de los colegios privados y públicos del Perú están congregados en un estadio y el locutor hace el siguiente pedido: levante la mano aquel colegio que en el mes pasado ha tratado académicamente en sus clases al menos un par de los temas siguientes (que han sido objeto de gran interés público): proyecto de ley del negacionismo, causas de las huelgas de profesores y médicos, papelón peruano en la CIDH, Presupuesto 2013, actividades en el VRAEM, conflicto PUCP-Arzobispado, relaciones gobierno de Colombia/FARC, Piñera y el diferendo marítimo en La Haya, el conflicto Conga-Yanacocha, la caída económica de Europa, la guerra civil en Siria, la crisis alimentaria mundial. No me sorprendería que sean manos aisladas las que eventualmente se levantarían.
Pero supongamos que algún colegio sí quisiera tratar estos temas en su quehacer en las clases, ¿en qué área o curso los trataría? ¿En Historia? ¿Geografía? ¿Economía? ¿Literatura? ¿Educación Cívica? ¿Ciencias?
Los jóvenes no saben nada de lo que pasa en su país o el mundo por dos razones: una, el currículo escolar y universitario compartimentalizado por asignaturas o áreas que secciona cualquier tema interdisciplinario en pequeños trocitos según disciplinas, matando todo interés y capacidad de comprender integralmente el tema; dos, el currículo escolar y universitario totalmente orientados al pasado. Solo se estudia lo que ya ocurrió y entró en los libros y programas.
¿Se puede aspirar a que esta combinación produzca egresados solventes en los temas presentes (y futuros) de la realidad peruana y mundial? .

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