“Dios se deja conquistar por el humilde y rechaza la arrogancia del orgulloso” (Juan Pablo II)
Y cuando pensábamos que Marco Tulio Gutiérrez había agotado su achorada retórica para convencer a los indecisos sobre la conveniencia del SÍ, menciona su decadente frase “Cuando las mujeres dicen NO terminan diciendo SÍ”, desenmascarando de esta forma su anacrónico conservadurismo y su elevada carga de discriminación contra las mujeres.
¿En algún momento pensó Marco Tulio Gutiérrez que las mujeres y los hombres de principios quedaríamos impasibles ante este nefasto hallazgo en su postura personal? Pues no, señor Marco Tulio, porque la triste ocurrencia de su frase es una forma de violencia de género y una clara agresión a la dignidad de las mujeres a quien usted presume de considerar como seres inferiores y susceptibles de manipular e insultar.
Afrenta que tanto daño causa en las circunstancias inmediatas de miles de mujeres que suelen ser despreciadas en su derecho a ser atendidas en casos de violencia intrafamiliar, acoso sexual, reclamo de pensiones de alimentos. De tal suerte que este agravio quedó en la mente de muchas mujeres, y sin duda fue tomado en cuenta a la hora de elegir en el proceso de revocación. Ya lo señaló Julio Cotler: “En las encuestas analizadas hay diferencias de 12 puntos que advierten el apoyo de las mujeres al NO de la revocatoria”.
Creemos que en esta circunstancia, Marco Tulio Gutiérrez enfiló el cañón de su escopeta contra sí mismo. Y, por ello, él deberá asumir las consecuencias no solo de verse desdeñado por quienes hábilmente lo utilizaron en su momento, sino por un amplio contingente de ciudadanos y ciudadanas que condenan en su frase un mensaje totalmente contrario a los avances que demuestran las mujeres con el devenir de nuestra historia, a los principios democráticos, a los derechos humanos y a la justicia.
Lo positivo es que no existió ninguna mujer que no se indignara ante sus desdeñosas frases y su reiterativa posición. Incluso las mujeres que apoyaban la revocatoria tuvieron que protestar contra este sujeto haciendo el deslinde respectivo y advirtiendo que no le iban a permitir, ni a él ni a nadie, semejantes denuestos.
La posición y mirada de género han calado hondo en el sentir de los peruan@s y lo que en algún momento se apreciaba como exagerado es ya agenda común en la política nacional.
Algo bueno salió de todo esto y nuestra alcaldesa sigue al frente de la ciudad para demostrar que terminará su mandato con excelentes resultados.
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