jueves, 11 de febrero de 2010

Los Médicos y los Abogados, son DOCTORES

Por Víctor Hugo Chanduví Cornejo
ejchanduvicornejo@hotmail.com

En nuestro país como en algunos países hispanoparlantes, utilizamos la voz Doctor, para referirnos al médico o al abogado, aún cuando estos profesionales no tengan este grado académico expedido por una Universidad nacional o extranjera debidamente acreditada para expedir el mencionado grado. Lo que quiere decir, es que el grado de doctor no se adquiere automáticamente con el título profesional, se requiere seguir primero estudios de Maestría y obtener el grado de maestro y después seguir los estudios de doctorado y obtener este grado, recién ahí el profesional puede decir que es “ Doctor “.
La situación no pasaría de algo corriente o anecdótico, sino fuera por que la ley Universitaria Nº 23733 del 17 de diciembre de 1983, vigente a la fecha, establece en su artículo 13 que “La universidad que dispone de los docentes, instalaciones y servicios necesarios, pueden organizar una Escuela de Postgrado o secciones de igual carácter en una o más Facultades, destinadas a la formación de docentes universitarios, especialistas e investigadores. Sus estudios conducen a los grados de Maestros y Doctor”. Y el artículo 24 del mismo texto legal establece que los grados de Bachiller, Maestro y Doctor son Sucesivos. En la actualidad los programas de postgrados se rigen por esta normativa y se asemejan a los de Europa, donde se está dando un proceso de homogeneización de las titulaciones en el marco del proceso de Bolonia, asemejándolas en su duración y denominación a las existentes en el Reino Unido y en los Estados Unidos. Ello ha dado lugar a una estructura de titulaciones compuesta por tres niveles: Grado, Máster y Doctor. Los estudios conducentes al Grado se denominan "estudios de pregrado", y los de máster y doctorado "estudios de posgrado". Por regla general, para acceder a estudios de posgrado, es necesario haber cumplido estudios de pregrado. Además la oferta de estos estudios de postgrado en nuestro país, están a la orden del día y para todos los gustos y bolsillos (la calidad y la acreditación, es otro problema) de tal suerte que su uso resulta ilegal cuando no se ostenta en rigor con dicho grado.
Efectivamente el artículo 362 del Código Penal textualmente dice: “Quien se arroga grados Académico o título profesional que no le corresponden, será reprimido con pena privativa no mayor de un año”
Pero llama la atención que las Instituciones encargadas de administrar justicia y de perseguir el delito, por mandato constitucional, toleran el uso indebido del grado de “Doctor “, de sus miembros aún a sabiendas de que no han seguido los estudios de doctorado en un establecimiento autorizado para conferir tal grado.
No hay que olvidar que el Poder Judicial, administra justicia dentro del marco legal vigente y es el primer garante de los derechos fundamentales. Y no se ve muy bien que incumplan el mandato del Código Penal.
Se imaginan , estimados lectores, que en las fuerzas Armadas , los capitanes o mayores se hagan llamar o entreguen sus tarjetas que diga General de División, General de Brigada, Capitán de Fragata o Capitán de Navío, por que así se tratan de cariño. Que les parece el ejemplo.
Bueno, supongo que estas disquisiciones, no llamaran mucho la atención, en comparación con todo lo que leen diariamente cobre el comportamiento de los profesionales de la política, las pandillas, la delincuencia y un sin número de etcéteras, y es que lamentablemente la educación en nuestro país se ha destruido, como la ética y los valores de la honradez, el cumplimiento a la palabra empeñada, como en otras épocas, el sonrojo a ciertos pecadillos y el repudio a la corrupción. Lo más lamentable es que después criticamos a nuestra juventud por actuar antisocialmente o fuera del marco de la ley, es decir le pedimos lo que nunca pudimos darle con el ejemplo,
Así las cosas, pareciere que la nueva filosofía de vida de los peruanos es
Imitar a los “Exitosos “, no complicarse la existencia con la tontería de la ética y de ganar a como de lugar al tonto. Es decir el Perú se ha convertido en el país de las grandes oportunidades, sólo para los “vivos “
Trujillo, febrero de 2010

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