Por: Gerardo Salazar
gerasalma@hotmail.com
Tanto como lamentar la acción de tres o cuatro jóvenes contra el patrimonio, lamento sobre todo la masiva e irreflexiva reacción de todos lados. No me creo que la malicia es ajena a mí ni a nadie, pero queremos quemarlos, apedrearlos o lapidarlos. Siento, además, un profundo malestar ante la deshonestidad de ver en estos muchachos a unos singulares demonios. Ellos pueden reflejar fielmente a la gran mayoría de los peruanos que ahora los acusan.
Cuando tuve la oportunidad de trabajar por varios años con jóvenes en un proyecto artístico escénico, en el que participamos sin ánimo de lucro, pude sentir muy cerca la particular mentalidad de varios de ellos. En una oportunidad, al proponer entre los jóvenes un trabajo colectivo de mejora del vestuario, uno de ellos me preguntó: "¿y yo qué gano?". Esa noche regresé a casa recordando que crecí viendo a mi padre involucrarse entusiasmado -sin ningún ánimo de lucro, solo de cooperación- en la asociación de padres de familia cuando yo estaba en la primaria, luego presidir con el mismo ánimo un importante club social, y de asumir por un año un cargo público para ayudar a mejorar el servicio que ofrecía un hospital. Mi madre nos acercó a la misma filosofía de comunidad cuando respaldó nuestra participación en agrupaciones artísticas o sociales, también sin ánimo de lucro; y cuando estrechaba lazos de amistad y cooperación con las familias vecinas y los amigos. Entonces, la respuesta de este joven me colocó frente a una realidad de fondo: muchos padres y tutores forman a sus hijos en la filosofía de "¿y tú, qué ganas?".
Pienso que los padres de los tres jóvenes ahora satanizados son solo el reflejo de este tipo de formación que precisamente no desarrolla sentido de pertenencia y por consecuencia de identificación y cooperación. La experiencia de integración no solo te enseña a respetar el ámbito en le que trabajas o en el que vives, también te enseña a respetar trabajos similares, de otros círculos o comunidades ajenas a las tuyas.
Este creo es el fondo del tema, pero veo que tanto el tal Ariza como estos muchachos y los que vengan serán buena presa de la hipocresía y cinismo de nuestra sociedad, en donde Doña Mercedes Cabanillas, después del Baguazo, aún tiene vida política. Increíble¡¡, y en donde Alan García después de la masacre del Frontón, sermonea semanalmente sobre la moral y las formas del correcto ciudadano.
Gerardo Salazar Malbasa
Por: Jesús Gordillo Begazo
La brecha que aún existe entre Patrimonio Cultural y Sociedad, no solo pasa por la mala dación e implementación de normas y procedimientos administrativos por parte de las instituciones que el Estado ha creado (INC por citar a una de ellas), sino es parte de una dolencia estructural que ha venido socavando la falta de sentido de pertenencia de los peruanos frente a su patrimonio cultural. Esta dolencia estructural , cada vez se consolida en la medida que el Estado no asume el diseño de una POLITICA CULTURAL, que pueda revertir actitudes nefastas como el caso de los adolecentes que atentaron el año pasado el complejo arqueológico de Chan Chan. Es que no vasta que el INC denuncie el hecho (ya consumado) y nuestro Presidente de la Nación responsabilice a los padres de los adolecentes y pretenda "que paguen pato" por algo de lo que el Estado es el responsable directo (el cuidado del patrimonio cultural de la Nación); además la actitud señalada forma parte de un mal endémico que lo sufre la gran mayoría de los adolecentes peruanos: una endeble autoestima social.
El 2001 señalé en una publicación, que aún el Estado no había podido lograr que la sociedad sienta suyo su patrimonio y que asuma -la sociedad- no solamente el deber de sentirlo como parte de su cotidianidad, sino la responsabilidad que le toca como heredera directa de dichos bienes culturales. Indudablemente, se trata de una tarea sostenida en donde los involucrados somos todos (estado, sociedad e instituciones) y para ello hace falta una POLITICA CULTURAL, en la que el Estado asuma que nuestro patrimonio cultural no es un simple "insumo" para la actividad turística, sino la base sobre la cual se construye el presente y el futuro de un pueblo; pre requisito fundamental para ingresar al carril de la naciones en vías de desarrollo. No bastan indicadores macro económicos alentadores, ni grandes esfuerzos de obras materiales (llámese carreteras, represas, puentes, colegios, parques, estadios y mas cemento por miles de toneladas = "mejoramiento de la calidad de vida") mientras la autoestima social, el espíritu y el sentido de IDENTIDAD CULTURAL de los peruanos sigan maltrechos y sentenciados a purgar CADENA PERPETUA, sabe Dios por cuantos siglos mas. Y esa si es responsabilidad DIRECTA del ESTADO.
Por eso, entiendo y me solidarizo con la INDIGNACION expresada por Víctor Corcuera (le sobran razones para ello). La institucionalidad que custodia el patrimonio cultural de la nación, debe dejar a un lado aquellas equivocadas acciones que sublimizan y utilizan el bien cultural como un "producto" que solo puede ser consumido por el mejor postor.
En resumen, seguimos afirmando que en nuestro país los estímulos de afirmación e identidad, han girado más en lo declarativo y el entusiasmo efímero en desmedro del derecho que le asiste a la sociedad de reconocer y aceptar su herencia histórico - cultural como parte fundamental de su conducta cotidiana y hacer de ella un proyecto de actitudes cada vez más coherente con la realidad del presente y las expectativas del futuro. Muchos de los actos vandálicos que atentan contra nuestro patrimonio cultural, obedecen principalmente a esa falta de estímulos de afirmación e identidad, haciéndose cada vez más evidente la brecha que separa a la sociedad de su patrimonio cultural, y en consecuencia, la normatividad se convertirá en un instrumento represivo que la institucionalidad seguirá utilizando para "salvaguardar" el patrimonio en desmedro de su condición reeducativa.
Dispensen la extensión del comentario, pero no solo es Víctor quien se indigna por estos lamentables hechos, sino todos aquellos que aún seguimos convencidos que la CULTURA es el soporte de todo emprendimiento humano, pues ella es el CONTENIDO y demás solo las FORMAS.
Un abrazo estimado Víctor.
Jesús Gordillo Begazo
Tacna - Perú
gerasalma@hotmail.com
Tanto como lamentar la acción de tres o cuatro jóvenes contra el patrimonio, lamento sobre todo la masiva e irreflexiva reacción de todos lados. No me creo que la malicia es ajena a mí ni a nadie, pero queremos quemarlos, apedrearlos o lapidarlos. Siento, además, un profundo malestar ante la deshonestidad de ver en estos muchachos a unos singulares demonios. Ellos pueden reflejar fielmente a la gran mayoría de los peruanos que ahora los acusan.
Cuando tuve la oportunidad de trabajar por varios años con jóvenes en un proyecto artístico escénico, en el que participamos sin ánimo de lucro, pude sentir muy cerca la particular mentalidad de varios de ellos. En una oportunidad, al proponer entre los jóvenes un trabajo colectivo de mejora del vestuario, uno de ellos me preguntó: "¿y yo qué gano?". Esa noche regresé a casa recordando que crecí viendo a mi padre involucrarse entusiasmado -sin ningún ánimo de lucro, solo de cooperación- en la asociación de padres de familia cuando yo estaba en la primaria, luego presidir con el mismo ánimo un importante club social, y de asumir por un año un cargo público para ayudar a mejorar el servicio que ofrecía un hospital. Mi madre nos acercó a la misma filosofía de comunidad cuando respaldó nuestra participación en agrupaciones artísticas o sociales, también sin ánimo de lucro; y cuando estrechaba lazos de amistad y cooperación con las familias vecinas y los amigos. Entonces, la respuesta de este joven me colocó frente a una realidad de fondo: muchos padres y tutores forman a sus hijos en la filosofía de "¿y tú, qué ganas?".
Pienso que los padres de los tres jóvenes ahora satanizados son solo el reflejo de este tipo de formación que precisamente no desarrolla sentido de pertenencia y por consecuencia de identificación y cooperación. La experiencia de integración no solo te enseña a respetar el ámbito en le que trabajas o en el que vives, también te enseña a respetar trabajos similares, de otros círculos o comunidades ajenas a las tuyas.
Este creo es el fondo del tema, pero veo que tanto el tal Ariza como estos muchachos y los que vengan serán buena presa de la hipocresía y cinismo de nuestra sociedad, en donde Doña Mercedes Cabanillas, después del Baguazo, aún tiene vida política. Increíble¡¡, y en donde Alan García después de la masacre del Frontón, sermonea semanalmente sobre la moral y las formas del correcto ciudadano.
Gerardo Salazar Malbasa
Por: Jesús Gordillo Begazo
La brecha que aún existe entre Patrimonio Cultural y Sociedad, no solo pasa por la mala dación e implementación de normas y procedimientos administrativos por parte de las instituciones que el Estado ha creado (INC por citar a una de ellas), sino es parte de una dolencia estructural que ha venido socavando la falta de sentido de pertenencia de los peruanos frente a su patrimonio cultural. Esta dolencia estructural , cada vez se consolida en la medida que el Estado no asume el diseño de una POLITICA CULTURAL, que pueda revertir actitudes nefastas como el caso de los adolecentes que atentaron el año pasado el complejo arqueológico de Chan Chan. Es que no vasta que el INC denuncie el hecho (ya consumado) y nuestro Presidente de la Nación responsabilice a los padres de los adolecentes y pretenda "que paguen pato" por algo de lo que el Estado es el responsable directo (el cuidado del patrimonio cultural de la Nación); además la actitud señalada forma parte de un mal endémico que lo sufre la gran mayoría de los adolecentes peruanos: una endeble autoestima social.
El 2001 señalé en una publicación, que aún el Estado no había podido lograr que la sociedad sienta suyo su patrimonio y que asuma -la sociedad- no solamente el deber de sentirlo como parte de su cotidianidad, sino la responsabilidad que le toca como heredera directa de dichos bienes culturales. Indudablemente, se trata de una tarea sostenida en donde los involucrados somos todos (estado, sociedad e instituciones) y para ello hace falta una POLITICA CULTURAL, en la que el Estado asuma que nuestro patrimonio cultural no es un simple "insumo" para la actividad turística, sino la base sobre la cual se construye el presente y el futuro de un pueblo; pre requisito fundamental para ingresar al carril de la naciones en vías de desarrollo. No bastan indicadores macro económicos alentadores, ni grandes esfuerzos de obras materiales (llámese carreteras, represas, puentes, colegios, parques, estadios y mas cemento por miles de toneladas = "mejoramiento de la calidad de vida") mientras la autoestima social, el espíritu y el sentido de IDENTIDAD CULTURAL de los peruanos sigan maltrechos y sentenciados a purgar CADENA PERPETUA, sabe Dios por cuantos siglos mas. Y esa si es responsabilidad DIRECTA del ESTADO.
Por eso, entiendo y me solidarizo con la INDIGNACION expresada por Víctor Corcuera (le sobran razones para ello). La institucionalidad que custodia el patrimonio cultural de la nación, debe dejar a un lado aquellas equivocadas acciones que sublimizan y utilizan el bien cultural como un "producto" que solo puede ser consumido por el mejor postor.
En resumen, seguimos afirmando que en nuestro país los estímulos de afirmación e identidad, han girado más en lo declarativo y el entusiasmo efímero en desmedro del derecho que le asiste a la sociedad de reconocer y aceptar su herencia histórico - cultural como parte fundamental de su conducta cotidiana y hacer de ella un proyecto de actitudes cada vez más coherente con la realidad del presente y las expectativas del futuro. Muchos de los actos vandálicos que atentan contra nuestro patrimonio cultural, obedecen principalmente a esa falta de estímulos de afirmación e identidad, haciéndose cada vez más evidente la brecha que separa a la sociedad de su patrimonio cultural, y en consecuencia, la normatividad se convertirá en un instrumento represivo que la institucionalidad seguirá utilizando para "salvaguardar" el patrimonio en desmedro de su condición reeducativa.
Dispensen la extensión del comentario, pero no solo es Víctor quien se indigna por estos lamentables hechos, sino todos aquellos que aún seguimos convencidos que la CULTURA es el soporte de todo emprendimiento humano, pues ella es el CONTENIDO y demás solo las FORMAS.
Un abrazo estimado Víctor.
Jesús Gordillo Begazo
Tacna - Perú
Por: Carlos Paredes Abad
carlosparedesabad@hotmail.com
carlosparedesabad@hotmail.com
Muy interesantes las apreciaciones y reflexiones del Arqueólogo Jesús Gordillo y de Gerardo Salazar porque van a las raíces del problema en sí y no a las superficialidades que a veces nos ocupa a la mayoría de los peruanos.
Y como para renovar aires les envío un interesante link sobre el video que grabaron artistas peruanos sobre el cambio climático y que fue visto por los asistentes a la Cumbre de Copenhague recientemente:
http://www.youtube.com/watch?v=4Bm8agSxvO4&aia=true
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