viernes, 4 de marzo de 2011

HORACIO ZEBALLOS GÁMEZ

POR: UBALDO TEJADA GUERRERO
– Analista Global –

utguerrero31@yahoo.es

Horacio Zeballos Gámez, nació en el distrito de Carumas, (Moquegua), el jueves 20 de marzo de 1942. Muere en Lima el 7 de marzo de 1984, a las 11.30 a.m., dejando el mensaje “Maestro en tu libro de lucha, he aprendido que no traicionar es un mandamiento”.
Horacio siempre estuvo ligado a Trujillo, primero con la fundación del SUTEP en 1,972 con el profesor Manuel Esparza, en la gloriosa huelga de 1,979 con el Dr. Camilo Gil como Presidente del Comité Lucha, y en el reconocimiento del SUTEP en 1,984 con el consecuente Antonio “lobo” Villalobos, gloria a un año de su muerte en marzo del 2010.
En 1972 encabeza la Huelga por la repatriación de los maestros y dirigentes populares que habían sido deportados a raíz de la Huelga magisterial del año anterior por el gobierno de Juan Velasco Alvarado; los cuales fueron: Julio Pedro Armacanqui (Huancayo), Lipa Quina (Cusco), Riva Ollarza (Iquitos), Arnaldo Paredes (Arequipa), Arturo Sánchez Vicente (Lima) y Rolando Breña, Presidente de la “Federación de Estudiantes del Perú”. Logrando que fueran repatriados, y ser recibidos de manera multitudinaria por el pueblo arequipeño.
Horacio fue un líder nato de masas, al que sólo la muerte pudo librar a los dictadores, sus principios de profundo amor a los desposeídos, recomendando hasta el último momento de su vida a “cuidar la unidad del SUTEP como la niña de nuestros ojos”, solamente así entendemos como pudo llenar la plaza de armas de Trujillo en 1,980, hecho que sólo lograron Haya de la Torre y Velasco Alvarado en coyunturas diferentes.
En julio de 1972, en el Congreso Nacional de Unificación llevado a cabo en el Cusco, es elegido como el primer Secretario General del Sindicato Único de Trabajadores en la Educación del Perú SUTEP, cuyo gremio es hoy el más poderoso y organizado en el Perú.
El Paro Nacional del 24 de octubre de 1973, llevó a Horacio y 96 maestros fueran recluidos en la colonia Penal del Sepa, por 8 meses como si fueran delincuentes comunes, fueron trasladados del Potao a la Cárcel del Callao, siendo sometidos a un juicio “Político Militar” siendo arrancados de las mazmorras el 13 de junio de 1974 debido a la fuerte presión nacional e internacional, que encumbraron a Horacio como un líder de masas.
El 8 de mayo de 1978 encabeza la Huelga General Indefinida que dura 81 días, la cual concluye con la firma de un acta entre el dictador Morales Bermúdez y el SUTEP, por la cual se comprometía, a reconocer al gremio, levantar el receso de La Cantuta, nombrar a los profesores contratados e interinos y la creación de un Fondo Especial para aumentar el sueldo de los profesores. El 4 de junio de 1979 se reinicia la huelga suspendida el año anterior ante la negativa de la dictadura de dar cumplimiento al acta. Desde antes incluso de la medida de lucha se intentó descabezar el movimiento magisterial tomando presos a sus dirigentes, el asesinato de Abel Callirgos Graneros, y Horacio, quien por su delicado estado de salud tuvo que ser conducido a la prisión del Hospital de Policía. La huelga duró 120 días, y fue un factor clave en la lucha por democracia en el Perú que culminó en 1,980.
En 1980 fue candidato a la Presidencia de la República por el UNIR (Unión Nacional de Izquierda Revolucionaria), ocupando el quinto lugar en la votación. En la misma contienda electoral resultó electo como Diputado por Arequipa, con la votación más alta.
Todos los años el 7 de marzo, se realizan homenajes en todo el Perú, por su vida dedicada al magisterio nacional, los trabajadores y el pueblo; siendo el símbolo de las luchas magisteriales y del SUTEP. Ese era Horacio que Dios lo tenga en su gloria y en el corazón de su pueblo, por la consecuencia de sus actos, que tanta falta hace hoy en día en la política peruana en la construcción de una verdadera democracia popular.

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