martes, 8 de junio de 2010

Jubilo

Nos Escribe: Willy Quevedo
willyquevedotam@yahoo.es

Este viernes empieza la fiesta mundial del fútbol. Miles de millones en el mundo anhelamos de corazón que todo salga bien.
África merece brindar al universo gratas noticias que se resumen en organización impecable, visitantes sin quejas, comunicación fluida, seguridad en los estadios.
La capital de los diamantes nos entregara más. Conoceremos sus danzas y ritmos, los colores y formas de sus trajes, la geografía, el urbanismo y las costumbres gastronómicas, nos interesara mas su historia y héroes como Nelson Mandela.
Sudáfrica saldrá fortalecida de este desafío. Conquistara la admiración de todos.
Sin embargo, además de los anfitriones que vivirán un mes de tensión y trabajo duro para que todo se desarrolle de acuerdo a lo programado, estamos los espectadores que desde una pantalla, entramos en conexión con una red que cubre los cinco continentes.
Lo más importante es la atmosfera de expectativa y optimismo que se ha creado.
Es un excelente hecho que los países se pueden poner de acuerdo en producir un certamen. El buen humor que se establece permite el respeto entre los jugadores y gana el publico porque palpita, baila y canta al son de las emociones.
Son muy pocos los casos de acontecimientos que concitan la atención mundial.
Una de las razones es que conoceremos al campeón en apenas cuatro semanas. A diferencia de las guerras, que decae el interés porque solo se sabe cuando empiezan.
Sudáfrica moviliza muchas esperanzas. Fanáticos que viajan para lastimosamente ver en directo eliminado a su equipo en unos cuantos días.
Es imposible no conmoverse en un estadio lleno. Al comienzo se puede sentir miedo e incomodidad. Pero luego, uno vibra y estalla con la alegría o tristeza colectiva.
Sudáfrica ofrecerá una gran fiesta y estamos invitados todos. Nos reuniremos virtualmente pensando en el éxito del campeonato miles de millones. Disfrutaremos de la entrega de energía y garra de los participantes. Aplaudiremos las mejores jugadas y gritaremos los goles.
En conclusión, seamos felices contagiándonos de futbol y gozando de un espectáculo único e irrepetible.

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