sábado, 27 de marzo de 2010

CARMINCHA EN STRADIVARIUS

Por Jorge Mariátegui
Fuente: Blog Mundo Jurídico

Hola amigos y amigas de este blog:
El Jueves 18 abrió sus puertas el famoso Bar Stradivarus, en Trujillo, para mostrar las fotos excepcionales de Carmicha Hoyle.
Llegamos a las 8 p.m. y entre varios autos estacionados habían dos faroles de aviones en colores de papel de seda en la puerta. Los invitados no entraban y hasta los dueños de casa estaban en la puerta. Al ideólogo Raúl Silva se le ocurrió que la apertura sería en la puerta de la calle a plena luz de farolas.
Anita, que vino de China directamente, fue la encargada de darle el play de honor. Estábamos alrededor de 25 personas en las angostas veredas trujillanas. Anita, muy graciosa ella, dijo qué puedo decir de mi hermana, siendo que la conoce tanto. Pero se situó en la parte fotográfica y nos envió un mensaje oculto.
Estoy –dijo- emocionada de ver las fotos de Carmincha, que no son las usuales, sino un punto de vista muy especial. No se las voy a describir, pero habló de la sensibilidad de Carmincha, no era para menos. Carmincha, muy coqueta y agradecida, dijo que estaba contenta de vernos, pero que mejor pasáramos a verla, y que había unos papelitos para que cada quien pusiera lo que quisiera.
Lo que debería haber dicho es que pongamos un título a cada cuadro. Los asistentes que llegaron a sumar como unos 80 pusieron lo que quisieron. La muestra fue espectacular, con unas fotos de 40 por 40 de unos colores hermosos eran la búsqueda artística de ella tan sensible y con ojo de obturador, había buscado, dije, lo mas insólito de una flor, de la tierra, de la arena, del agua. Le faltó solo el fuego. Pero no fue necesario.
Es una muestra diferente a lo que se ha presentado hasta hoy en Trujillo. Cada centímetro de papel tiene algo que es interesante porque no adivinas qué es. Tienen un misterio. Pero también el color y las formas las hace tan sexuales, por eso muchos le pusieron títulos muy subjetivos, pero inteligentes.
Hace mucho tiempo que no veo que en una muestra te compren la mitad de lo expuesto. Así que imagínense qué buena que está. Así que les recomiendo que vayan a verla de pasadita se sientan en los hermosos salones y consumen un delicioso trago preparado por su atento y sonriente propietario.
Aparte de lo bello de la muestra la gente que fue estuvo a la altura. Linda gente muy amigas de la familia Hoyle y gracias a Dios selectos pintores de fina brocha.
No voy a mencionar a las damas y caballeros que deslumbraron con su presencia, pero sí tengo que decirles que hacía mucho tiempo que no veía a todas esas amistades de mis amigas Hoyle. A la entrada había una presentación muy bien escrita y documentada, delante de una hermoso arreglo de flores. En cada mesa de los dos salones, en unos variados receptáculos de fino cristal el genial Raúl Silva, hizo unos arreglos que se ocupaban casi toda la mesa, pero que no incomodó a los especiales que alli se sentaron para beber deliciosos copetines y en gran conversación.
Todos los vericuetos del Gran Bar Stradivarius estuvieron plenos de gente que conversaba de muchas cosas y que se tomaba fotos con la encantadora fotógrafa, que como es su costumbre departió con todos y se fotografió con cada quien.
El ambiente tan simpático no solo por la distinguida gente sino por la magnifica muestra, dejará un buen recuerdo por mucho tiempo entre los que tuvimos el privilegio de asistir. Comentando con Raúl me dijo fíjate la Carmincha reunió a mucha gente que hace tanto que no las veo juntas. Privilegio de encantadoras damas.
Invito pues a los que no vinieron a verla que se den un viaje expreso por este bar y se regodeen con unas fotos en unos colores y unas formas que no han visto antes.

Nos vemos pronto, cariños…

Jorge

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