Por: Willy Quevedo
willyquevedotam@yahoo.es
Jauja es una ciudad que se encuentra a 260 kms. de Lima viajando por la carretera central. Desde la colonia era reconocida por su clima seco, especialmente beneficioso para las vías respiratorias y tuberculosis. El hospital de Jauja acogió a muchos residentes españoles que venían incluso de la metrópoli para atenderse. El clima de Jauja es templado, moderadamente lluvioso y la temperatura oscila entre 19 *C a 5 *C.
El rio Mantaro (antes rio Jauja) se encuentra situado en la región central del Perú. Su longitud total es de 720 kms. Ubicada en la cabecera norte del Valle del Mantaro, Jauja cultiva papas, maíz, cebollas, alcachofas, trigo, cebada, tumbo, manzanos, melocotones, higos entre otros.
Este preámbulo viene a cuento porque acabamos de leer la reciente novela de Edgardo Rivera Martínez titulada " A la luz del amanecer". Es un relato que rinde homenaje a Jauja.
Es la historia de Mariano de los Ríos, hijo de un abogado que defendía a las comunidades campesinas y una dama experta en tejer telares. Tuvo dos hermanos mayores, Tobias que luego de fallecer el padre se fue con los guerrilleros de 1965 y nunca lo volvieron a ver y Raquel que viajo a Lima a estudiar secretariado, se caso allá y tuvo dos hijos. Mariano se desempeño como geólogo en la mina Huaron y otras. Falleció la mama y el se quedo a cargo de la casa en Jauja. El libro describe sus amores con Marina natural de Cerro de Pasco, Virginia, natural de La Oroya, Sophie la conoció en Paris y Constanza con quien se caso en Lima.
Se divorcio de Constanza sin hijos y regreso a Jauja a la casa solariega. Esta finca era portentosa, destacaban sus zaguanes, sus patios y los muebles heredados de varias generaciones.
El tono de la novela es intimista. Parece que el autor se esta confesando.
La velocidad del libro sigue los vaivenes del tren macho entre Huancayo y Huancavelica. "A la luz del amanecer" se puede también ver como el inventario de la vida sentimental de un hombre. Rivera Martínez narra con destreza las peripecias de Mariano, dibuja con solvencia el paisaje jaujino y demuestra que las historias tradicionales pueden ser especialmente bellas.
willyquevedotam@yahoo.es
Jauja es una ciudad que se encuentra a 260 kms. de Lima viajando por la carretera central. Desde la colonia era reconocida por su clima seco, especialmente beneficioso para las vías respiratorias y tuberculosis. El hospital de Jauja acogió a muchos residentes españoles que venían incluso de la metrópoli para atenderse. El clima de Jauja es templado, moderadamente lluvioso y la temperatura oscila entre 19 *C a 5 *C.
El rio Mantaro (antes rio Jauja) se encuentra situado en la región central del Perú. Su longitud total es de 720 kms. Ubicada en la cabecera norte del Valle del Mantaro, Jauja cultiva papas, maíz, cebollas, alcachofas, trigo, cebada, tumbo, manzanos, melocotones, higos entre otros.
Este preámbulo viene a cuento porque acabamos de leer la reciente novela de Edgardo Rivera Martínez titulada " A la luz del amanecer". Es un relato que rinde homenaje a Jauja.
Es la historia de Mariano de los Ríos, hijo de un abogado que defendía a las comunidades campesinas y una dama experta en tejer telares. Tuvo dos hermanos mayores, Tobias que luego de fallecer el padre se fue con los guerrilleros de 1965 y nunca lo volvieron a ver y Raquel que viajo a Lima a estudiar secretariado, se caso allá y tuvo dos hijos. Mariano se desempeño como geólogo en la mina Huaron y otras. Falleció la mama y el se quedo a cargo de la casa en Jauja. El libro describe sus amores con Marina natural de Cerro de Pasco, Virginia, natural de La Oroya, Sophie la conoció en Paris y Constanza con quien se caso en Lima.
Se divorcio de Constanza sin hijos y regreso a Jauja a la casa solariega. Esta finca era portentosa, destacaban sus zaguanes, sus patios y los muebles heredados de varias generaciones.
El tono de la novela es intimista. Parece que el autor se esta confesando.
La velocidad del libro sigue los vaivenes del tren macho entre Huancayo y Huancavelica. "A la luz del amanecer" se puede también ver como el inventario de la vida sentimental de un hombre. Rivera Martínez narra con destreza las peripecias de Mariano, dibuja con solvencia el paisaje jaujino y demuestra que las historias tradicionales pueden ser especialmente bellas.
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