martes, 24 de abril de 2012

CUSCO

Nos Escribe: Willy Quevedo
willyquevedotamayo@yahoo.com

Una reciente visita a la ciudad imperial me dejo varias reflexiones. Se respira tranquilidad y paz social. Casi no existe delincuencia. Me llamo la atención que todos los turistas pagan por adelantado los gastos de los tours y nadie se queja por alguna estafa.
Un espectáculo aparte son los guías. Egresados de seis centros de formación profesional destacan por su elocuencia. Presencie un duelo verbal entre dos colegas acerca de la interpretación de un libro de Garcilaso de la Vega y terminaron brindando una clase de psicoanálisis.
No existen malls ni multicines. Parece que es por falta de espacio. Los terrenos cerca a la Plaza de Armas son carísimos. La mayoría de ellos le pertenecen al Arzobispado. Lo que mas abunda son los restaurants de tres tenedores, las joyerías y las boutiques exclusivas.
Actualmente se erigen 5 edificios de 12 pisos. Serán viviendas en lo mas alto de la ciudad.
Aguas calientes es el pueblo antesala de la ciudadela de Macchu Picchu. Su nombre se debe a que ofrecen pozas termales que ayudan a recuperar las fuerzas luego del agotador esfuerzo físico que significa la travesía a la maravilla del mundo. Enclavado entre 5 montañas llenas de bosques, ve correr el rio Vilcanota.
Es un lugar pintoresco de dos mil habitantes. Reciben un promedio de 3 mil visitantes diarios y los atienden en sus decenas de hospedajes y cafeterías.
Nunca olvidare el sabor del mazapán preparado por las monjas del Monasterio de Santa Catalina, ni la temperatura de la mesa de sacrificios de Kenko ni la pureza del agua que brota de los manantiales de Tambomachay.
El éxito de Macchu Picchu como destino del turismo mundial no solo es la majestuosidad de las edificaciones y la armonía del conjunto con el cerro Huayna Picchu. Llegar a este sitio ya es una odisea que se atraviesa en avión, auto, tren y a pie. Además las escalinatas que ascienden y descienden provocan un pánico a los precipicios y horror al vacio. Por lo tanto, la visita a la ciudadela se convierte en un desafío personal que emociona y siente felicidad cuando se ha logrado la meta de terminar el recorrido.
Es una experiencia única que pone a prueba nuestra serenidad y sensibilidad ante tanta belleza.
En conclusión, es un gran orgullo que Cusco sea peruano. Vale la pena pisar esta tierra que te llena de energía.

0 comentarios: