Nos escribe: Francisco Javier Colina Seminarios
fcolina@usat.edu.pe
Luego de los "amores locos" de Perú con MVLL con motivo del Premio Nobel, muchas voces han pasado a criticarlo duramente por haber adoptado una opción en la coyuntura electoral. Entendido está que como él es una personalidad de alcance internacional sus opiniones repercuten en la opinión pública. Sin embargo, está crítica tendría que extenderse a por lo menos un 15-18% de la población que en la primera vuelta votó por PKK, Toledo o Castañeda y que en esta segunda lo harían por Humala y no por Fujimori; es decir no menos de tres millones de peruanos. Las razones de estos electores son más o menos las mismas que las del escritor.
El momento actual recuerda a los días posteriores al 5 de abril de 1992. La firme posición antigolpe del escritor y la denuncia internacional que hizo sobre el signo dictatorial que adoptaba el gobierno de Fujimori le valió fortísimas críticas y vituperios. Por supuesto que en la trinchera anti Vargas Llosa estuvieron en primerísima fila los empresarios que dos años atrás lo veían como el Mesías de todos sus afanes liberales. Rápido se olvidaron de él y la fe que les dio en la campaña del 90´ después del desastre del primer Alan García. (Me gustaría saber que dijeron Chlimper y Yoshiyama sobre el 5 de abril).
A partir de ese momento Fujimori y su gemelo Montesinos dieron rienda suelta a todas sus felonías políticas y corruptelas. El resultado fue el desastre político del año 2000 que aún recordamos. Los peruanos -Vargas Llosa incluido- vimos pasar el catafalco político de Alberto Fujimori rumbo a la DINOES. Fujimori y Montesinos fueron condenados por los delitos de corrupción y violación de los Derechos Humanos. Conclusión: Vargas Llosa tenía razón.
Entonces, la actual oposición del Nóbel a la candidatura de la Sra. Fujimori ¿se puede atribuir tan sólo a un resentimiento por la derrota de 1990? O, por el contrario, tiene fundamento en la experiencia; y por ello augura que en caso de ganar el fujimorismo reciclado, su gobierno tendrá el mismo signo que tuvo en los 90.
A pesar de lo que diga doña Patricia, MVLL también es bueno para hacer vaticinios en la política peruana.
Saludos
Javier Colina Seminario.
fcolina@usat.edu.pe
Luego de los "amores locos" de Perú con MVLL con motivo del Premio Nobel, muchas voces han pasado a criticarlo duramente por haber adoptado una opción en la coyuntura electoral. Entendido está que como él es una personalidad de alcance internacional sus opiniones repercuten en la opinión pública. Sin embargo, está crítica tendría que extenderse a por lo menos un 15-18% de la población que en la primera vuelta votó por PKK, Toledo o Castañeda y que en esta segunda lo harían por Humala y no por Fujimori; es decir no menos de tres millones de peruanos. Las razones de estos electores son más o menos las mismas que las del escritor.
El momento actual recuerda a los días posteriores al 5 de abril de 1992. La firme posición antigolpe del escritor y la denuncia internacional que hizo sobre el signo dictatorial que adoptaba el gobierno de Fujimori le valió fortísimas críticas y vituperios. Por supuesto que en la trinchera anti Vargas Llosa estuvieron en primerísima fila los empresarios que dos años atrás lo veían como el Mesías de todos sus afanes liberales. Rápido se olvidaron de él y la fe que les dio en la campaña del 90´ después del desastre del primer Alan García. (Me gustaría saber que dijeron Chlimper y Yoshiyama sobre el 5 de abril).
A partir de ese momento Fujimori y su gemelo Montesinos dieron rienda suelta a todas sus felonías políticas y corruptelas. El resultado fue el desastre político del año 2000 que aún recordamos. Los peruanos -Vargas Llosa incluido- vimos pasar el catafalco político de Alberto Fujimori rumbo a la DINOES. Fujimori y Montesinos fueron condenados por los delitos de corrupción y violación de los Derechos Humanos. Conclusión: Vargas Llosa tenía razón.
Entonces, la actual oposición del Nóbel a la candidatura de la Sra. Fujimori ¿se puede atribuir tan sólo a un resentimiento por la derrota de 1990? O, por el contrario, tiene fundamento en la experiencia; y por ello augura que en caso de ganar el fujimorismo reciclado, su gobierno tendrá el mismo signo que tuvo en los 90.
A pesar de lo que diga doña Patricia, MVLL también es bueno para hacer vaticinios en la política peruana.
Saludos
Javier Colina Seminario.
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