Por: Alfredo Estrada Zavaleta.
set_aez@yahoo.es
Respecto a la inteligencia humana, se han formulados numerosas teorías en el campo del aprendizaje y algunos afirman que hoy en día; ésta se desarrolla en gran medida por las motivaciones, estímulos, técnicas y modelos de enseñanza. Entre los supuestos que la identifican, se encuentran: Los patrones del pensamiento abstracto, el raciocinio, el entendimiento, la comunicación, la planificación y solución de problemas.
Sin embargo, a través de la historia, vemos que muchos personajes adquirieron esa particularidad, por su extrema curiosidad, perseverancia y lucidez mental, no obstante tener ciertas limitaciones en su formación o entorno social. Generalmente, la persona continua aprendiendo en función de objetivos y de aquello que prevalece en la realización como tal; siendo la creatividad y el análisis de sus ideas, lo que permite llegar a un nivel importante de inteligencia significativa.
Estos aspectos por ente, han determinado que los estudiosos, consideren varios factores y exista una visión mas amplia en su definición y comprensión. Así la fuente bibliográfica “Las estructuras de la mente” (1,983) de Howard Gardner, en referencia a las Inteligencias múltiples por capacidades en campos específicos. Posteriormente, la Teoría Triarquica (l,985) de Robert Stemberg, que opera en las personas por grados de información, la creatividad y la adaptación real. Por último, la “Inteligencia emocional” (l,995) de Daniel Goleman; llevada al manejo de sentimientos propios y ajenos y las relaciones sociales.
Por tal razón y desde la antigüedad, el hombre ha sido capaz de configurar ciertas perspectivas de acción y logro, que van desde la ciencia, las artes, la tecnología y el pensamiento en general; una suerte de componentes que el cerebro, dirige y que en su momento deben ser estimulados a partir de la educación, la motivación y el buen estado de salud.
Finalmente, el aprendizaje en el esquema tripartito (cognitivo, motor y emocional), no solo debe señalarse en la simple acumulación de datos y fórmulas; sino que tiene que ser abordado, en el funcionamiento de ambos hemisferios cerebrales (principio de lateralidad) de manera concreta, en la suma real de habilidades.
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Respecto a la inteligencia humana, se han formulados numerosas teorías en el campo del aprendizaje y algunos afirman que hoy en día; ésta se desarrolla en gran medida por las motivaciones, estímulos, técnicas y modelos de enseñanza. Entre los supuestos que la identifican, se encuentran: Los patrones del pensamiento abstracto, el raciocinio, el entendimiento, la comunicación, la planificación y solución de problemas.
Sin embargo, a través de la historia, vemos que muchos personajes adquirieron esa particularidad, por su extrema curiosidad, perseverancia y lucidez mental, no obstante tener ciertas limitaciones en su formación o entorno social. Generalmente, la persona continua aprendiendo en función de objetivos y de aquello que prevalece en la realización como tal; siendo la creatividad y el análisis de sus ideas, lo que permite llegar a un nivel importante de inteligencia significativa.
Estos aspectos por ente, han determinado que los estudiosos, consideren varios factores y exista una visión mas amplia en su definición y comprensión. Así la fuente bibliográfica “Las estructuras de la mente” (1,983) de Howard Gardner, en referencia a las Inteligencias múltiples por capacidades en campos específicos. Posteriormente, la Teoría Triarquica (l,985) de Robert Stemberg, que opera en las personas por grados de información, la creatividad y la adaptación real. Por último, la “Inteligencia emocional” (l,995) de Daniel Goleman; llevada al manejo de sentimientos propios y ajenos y las relaciones sociales.
Por tal razón y desde la antigüedad, el hombre ha sido capaz de configurar ciertas perspectivas de acción y logro, que van desde la ciencia, las artes, la tecnología y el pensamiento en general; una suerte de componentes que el cerebro, dirige y que en su momento deben ser estimulados a partir de la educación, la motivación y el buen estado de salud.
Finalmente, el aprendizaje en el esquema tripartito (cognitivo, motor y emocional), no solo debe señalarse en la simple acumulación de datos y fórmulas; sino que tiene que ser abordado, en el funcionamiento de ambos hemisferios cerebrales (principio de lateralidad) de manera concreta, en la suma real de habilidades.
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