miércoles, 18 de marzo de 2015

La Libertad clama una biblioteca

Por Jorge Zavaleta Alegre
En Trujillo, capital de La Libertad, considerada por las familias más antiguas como la ciudad de mayor desarrollo cultural en el norte del Perú, amplios sectores populares exigen una biblioteca moderna, contemporánea, conectada al mundo de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), a los sistemas mediáticos que han logrado la ciencia y la tecnología.
Parece una exigencia encubierta por la ficción, pero veinte pequeñas bibliotecas comunales que integran la Biblioteca Municipal Provincial no pueden ofrecer los servicios que demanda una explosiva población infantil y juvenil, no obstante que esta región encabeza el mayor progreso económico nacional a partir de la agroexportación, el negocio de las universidades e institutos múltiples.
El director de la Biblioteca Municipal de Trujillo (BMT), Alberto Quispe Cárdenas, natural de Pisco, promotor cultural de corazón y profesión, ha colaborado con la Orquesta Sinfónica Regional, entre otras instituciones públicas y privadas, y ha bebido la experiencia académica en México y España.
Durante cinco años dirigió el programa Sinfonías y conciertos, en una emisora local, convocando a más de 200 personajes representativos de la cultura nacional y del exterior. El centenario diario La Industria, fundado en 1895, secundó este esfuerzo. Ahora circula en librerías la segunda edición de Entrevistas culturales trujillanas, cuyo objetivo es alentar que el Estado haga realidad, en este bienio 2015-2016, una biblioteca moderna en La Libertad.
La actual sede de la BMT, en la avenida España, al costado de los Bomberos y de la Asociación de Comerciantes, es pequeña para la demanda de los lectores. Es indispensable la capacitación técnica, porque no es suficiente el entusiasmo y el compromiso social de los 40 trabajadores, que dependen de un franciscano y simbólico presupuesto.
En el actual contexto, existe en el Perú la reglamentación de la Ley del Sistema Nacional de Bibliotecas, que reconoce una política pública para construir una red dorsal nacional de fibra óptica y acceder a contenidos y aplicaciones del gobierno electrónico, formación y fortalecimiento de capacidades, bases fundamentales en los proyectos de bibliotecas y TIC.
La BMT requiere más apoyo de la sociedad, ya sea a través de patronatos o de organizaciones con experiencia, identificadas con la educación y la cultura, como el camino para adquirir colecciones privadas y alimentar la red con libros digitalizados.

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