San José de Porcón es el nombre de un centro poblado, perteneciente al distrito de Quiruvilca, en la provincia de Santiago de Chuco. En esta tierra, alguna vez parte de una hacienda ganadera de renombre y fama en toda la sierra liberteña, hoy resurge la esperanza de una mejora calidad de vida para sus pobladores. Esta comunidad esperó largos años para ser resarcida por haber enfrentado la devastación que causó la subversión durante la década de los 80.
Hasta que, a inicios de este año, inauguraron por fin una planta de procesamiento lácteo que les permitirá tener la calidad y competitividad necesarias para ingresar a nuevos mercados en la región y el país.
Los pobladores, entre ellos jóvenes y mujeres, han recibido además asistencia técnica y capacitación desde el Proyecto “Alianza para el Desarrollo Sostenible de Quiruvilca”, ejecutado por World Vision Perú, lo que hoy en día les permite producir lácteos basados en la experiencia de muchas generaciones, con la tecnología, higiene y calidad que el mercado actual demanda.
Ahora, de los jóvenes de esta comunidad se oye hablar de buenas prácticas de ordeño, manipulación adecuada de alimentos, pasteurización, entre otras novedades. Han aprendido a producir más de 7 variedades de queso, además de yogurt y manjar blanco. Su marca local “Catequil”, inspirada en una antigua leyenda y deidad local, empieza a obtener el reconocimiento esperado.
El manjar de los niños y niñas, ganador de la feria FENCYT
Carmen Salazar Arteaga es docente de la Institución Educativa Inicial “San José de Porcón”, en el centro poblado del mismo nombre. Ella ha sido una de las mujeres capacitadas este año. Ha aprendido todo el proceso de producción, lo que le ha permitido instruir a sus pequeños alumnos en el proceso de transformación de la leche a productos derivados, participando con sus alumnos en la Feria Nacional de Ciencia y Tecnología (FENCYT) llevada a cabo en el Distrito de Cachicadán, y obteniendo el primer lugar entre los demás participantes de la categoría de nivel inicial a nivel distrital.
Los niños y niñas del nivel inicial, con el entusiasmo que les caracteriza, conocen ya desde su corta edad y a grandes rasgos el proceso para elaborar un manjar blanco con todos los estándares de calidad, aprovechando los recursos del entorno y construyendo alternativas de desarrollo basado en su propio y mayor potencial.
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