A través de la historia, la música ha evolucionado por razones político-sociales, los patrones de composición y el avance de la tecnología; logrando así que nos adaptemos a un repertorio, muy diverso en sus fines, estructura y función estética. Lo clásico tradicional, a instancia de los compositores con sus exigentes formas y reglas de interpretación del barroco al romanticismo; permiten al oyente disfrutar de obras en armonía consonante, realizadas por un ensamble de sonidos determinados y que a su vez, tienen un contenido literario y expresivo, relativamente entendible.
Más, a partir de la gesta en las revoluciones europeas, los movimientos artísticos y el consiguiente reclamo social; la práctica musical, suma otros detalles de singular importancia, que en ocasiones hace muy difícil y complicada, la posibilidad de comprender la idea germinal del artista en sus diferentes obras, dado que comparte estilos y recursos de vanguardia.
Surgen entonces, las denominadas corrientes contemporáneas, aquellas provistas de una inclusión de ritmos folclóricos, gama de timbres y texturas variadas y que en algunos casos, requieren del soporte y empleo de las notaciones visuales, en reemplazo de las tradicionales gráficas; como por ejemplo: Minimalismo, microtonalismo, aleatoria, serialismo, electroacústica, nueva simplicidad y complejidad y otras, que llevan a una redefinición-restructuración de la creación e interpretación musical, en temas de improvisación y la experimentación en las líneas de la acústica.
Por lo demás, la música clásica tradicional, estuvo condicionada al esquema de los principios de una armonía tonal y la naturaleza de los instrumentos sinfónicos utilizados, en la ejecución de las obras de tal carácter; en cambio, el compositor contemporáneo, promueve una creación libre y tal vez complicada, sin fronteras en la fórmula melodía-armonía, por la existencia de equipos musicales más sofisticados y la idea de incorporar en sus trabajo los conocimientos y técnicas de otras disciplinas artísticas, en el llamado Arte total.
La suerte de la oposición entre las etapas del: Modernismo-Impresionismo-Expresionismo, fue guiando el camino a la renovación de la música, en el campo de la politonalidad, la polirritmia y la diversidad de los efectos sonoros, que conforman la nueva manera de comprender, en la actualidad, el mensaje del compositor e intérprete.
Los conceptos musicales de Bach, Vivaldi, Mozart, Haydn, Schubert y otros del clásico tradicional, renovados por las corrientes cultivadas en el viejo y nuevo mundo por: Bartok, Debussy, Stravinsky, Schonberg, Carrillo, Copland, Glass, Ginastera, Allende, Tosar, Sojo, Cage, Graetzer, Santoro, Ponce, Revueltas, Nin, Lecuona, Villalobos, por citar algunos, que incorporan las ricas manifestaciones del mestizaje y los nuevos desafíos de la cibernética aplicados en el campo musical.
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