1. La protesta cajamarquina impidió la imposición del proyecto original Conga. La lucha del pueblo de Cajamarca contra la repetición de las secuelas negativas acumuladas durante los 18 años de explotación en Yanacocha, junto al apoyo logrado en todo el país, hizo posible la realización del peritaje internacional del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto Conga y la propuesta del presidente Ollanta Humala del 20 de abril. Esta propuesta abrió un espacio para el diálogo a favor de un nuevo modelo de explotación minera que incluya: a) cuadruplicación del volumen de los reservorios destinados a la compensación por la intervención destructiva sobre lagunas y bofedales, b) intangibilidad de por lo menos dos de las cuatro lagunas (no deben ser tocadas ni menos convertidas en depósitos de desmonte), y c) generación de al menos 10 mil puestos de trabajo.
2. El silencio de la empresa incuba el estallido del conflicto. La empresa minera Yanacocha aún no se ha pronunciado sobre esta nueva propuesta. Ha optado por el silencio para ganar tiempo, para desgastar la protesta y simultáneamente acrecentar la presión y el descontento de las personas que fueron contratadas en las poblaciones cercanas al proyecto (7 u 8 mil personas), así como de los contratistas y empresas de todo tipo asentadas en la ciudad de Cajamarca. Además, la principal empresa del proyecto Conga, Newmont, acaba de anunciar que reducirá su inversión de US$ 1,500 a US$ 440 millones para los años 2012-13. En consecuencia, buscan, aunque sin declararlo, la derrota de la protesta cajamarquina como condición para negociar con el ejecutivo su decisión final.
3. La convocatoria a una huelga indefinida es el camino al enfrentamiento y la derrota. Se debe promover desde el gobierno regional y nacional la iniciativa de reiniciar el diálogo. Apoyar la convocatoria a una huelga indefinida que empezaría el próximo 31 de mayo es un error de los dirigentes de la movilización. Exigir que el gobierno declare la inviabilidad del proyecto, responde a una estrategia de abierta confrontación, de «todo o nada» que fomenta el enfrentamiento entre cajamarquinos y puede conducir a la derrota del movimiento social. Así se dará la razón a quienes piensan que solo con la represión y el uso de la fuerza se conseguirá restablecer el orden y acabar con la protesta.
4. Es posible una nueva minería con responsabilidad social. Se debe valorar la ventana abierta que existe para inaugurar un nuevo modelo en las actividades extractivas en general y la minería en particular en todo el país. Esta posibilidad es un logro de la lucha legítima de los cajamarquinos. Se ha «levantado la valla» con respecto a los EIA, y se ha abierto la posibilidad de fiscalizarlas y de restructurar el sistema de aprobación y evaluación de los EIA. Es previsible, además, que los otros proyectos puedan exigir la presencia de peritos internacionales imparciales para revisar los EIA aprobados, y solicitar cuotas de generación de empleos, el aseguramiento de la disponibilidad de agua segura y procesos participativos para garantizar el cumplimiento de los EIA a lo largo de la vida de los proyectos.
5. La nueva minería debe tomar en cuenta el cambio climático. El cambio climático ha modificado el régimen de lluvias en los Andes, juntando los días de lluvia y ampliando los días de sequía. Por lo tanto, urge implementar reservorios para compensar la disponibilidad del recurso hídrico durante más días del año, especialmente en las poblaciones alto andinas. Si como parte del proyecto Conga se cuadruplica la disponibilidad de las lagunas existentes construyendo reservorios, se ayudará a las cinco cuencas a enfrentar los efectos del cambio climático que afectarán más a las poblaciones desprotegidas y de menores recursos.
6. No hay que perder la oportunidad de iniciar una nueva minería en democracia. El silencio de la empresa y el llamado a una huelga indefinida han configurado una situación de enfrentamiento sin salida que podría abrir la ruta hacia un autoritarismo en ciernes con sus secuelas de mayor corrupción. No perdamos la oportunidad de iniciar una nueva etapa de minería social y ambientalmente responsable, y respetuosa del agua y de las personas. No está en juego ni la «dignidad del pueblo cajamarquino» ni el honor del Ejecutivo, sino la democracia y sus instituciones que son la garantía del desarrollo.
7. Los Gobiernos Regionales tienen una oportunidad histórica de liderar el desarrollo de sus pueblos. Otras regiones, especialmente en la zona sur del país, están en espera del desarrollo de importantes proyectos mineros. Es obligación de los respectivos gobiernos regionales asegurar el uso de técnicas modernas de desalinización del agua de mar para que el país pueda utilizar el agua con el orden de prioridad ya conocido: consumo humano, vivienda, agricultura y posteriormente minería. En todas las regiones «mineras» sus gobiernos tienen la responsabilidad de liderar el desarrollo del nuevo modelo de minería socialmente responsable, abandonando el modelo de minería que no ha mejorado la calidad de vida de sus respectivas poblaciones.
8. La prioridad para el desarrollo del país debe ser la Agricultura y la diversificación productiva. La puesta en práctica de un nuevo modelo de minería, no debe desatender a la agricultura. Este es un sector intensivo en mano de obra, cuyo desarrollo, con una buena base infraestructural de irrigaciones, ayudará a resolver el problema del subempleo y el desempleo, y a lograr la seguridad alimentaria del pueblo peruano. El desarrollo de este sector es, asimismo, la base para la expansión de la capacidad exportadora agroindustrial que constituye un importante atractivo de inversiones. Dentro de esta perspectiva de desarrollo -que no excluye la industrialización y la diversificación productiva-, la Autoridad Autónoma del Agua debe ser fortalecida, para asegurar el uso adecuado y eficiente de este vital elemento para el futuro del país. Por todo ello, solicitamos reabrir de manera urgente la Mesa de Diálogo que se instaló en octubre del 2011, con representantes del gobierno central, del gobierno regional, de las organizaciones locales y de la Empresa. La agenda de esta Mesa debe ser: a) ampliación del volumen de los reservorios; b) generación de los empleos solicitados; c) modificación efectiva del proyecto para salvaguardar al menos dos lagunas; d) creación de un fondo de inclusión social para absorber las demandas de las poblaciones alrededor de los proyectos mineros como son: agua, luz, escuelas, proyectos agrícolas y ganaderos, etc.; e) creación de un fondo de gestión ambiental para asegurar la compensación de los daños de contaminación y de otros efectos ocasionados durante el proceso de desarrollo de la minería; y, f) las otras propuestas especificas del peritaje (monitoreo participativo, análisis hidrológico, etc.). El objetivo de la Mesa debe ser mejorar e implementar esta agenda para iniciar el proyecto, ahora sí, con la aceptación y fiscalización de la población cajamarquina. El diálogo es la manera de canalizar la protesta cajamarquina. La nueva minería no puede nacer antidemocráticamente.
Comisión Política Ciudadanos por el Cambio
2. El silencio de la empresa incuba el estallido del conflicto. La empresa minera Yanacocha aún no se ha pronunciado sobre esta nueva propuesta. Ha optado por el silencio para ganar tiempo, para desgastar la protesta y simultáneamente acrecentar la presión y el descontento de las personas que fueron contratadas en las poblaciones cercanas al proyecto (7 u 8 mil personas), así como de los contratistas y empresas de todo tipo asentadas en la ciudad de Cajamarca. Además, la principal empresa del proyecto Conga, Newmont, acaba de anunciar que reducirá su inversión de US$ 1,500 a US$ 440 millones para los años 2012-13. En consecuencia, buscan, aunque sin declararlo, la derrota de la protesta cajamarquina como condición para negociar con el ejecutivo su decisión final.
3. La convocatoria a una huelga indefinida es el camino al enfrentamiento y la derrota. Se debe promover desde el gobierno regional y nacional la iniciativa de reiniciar el diálogo. Apoyar la convocatoria a una huelga indefinida que empezaría el próximo 31 de mayo es un error de los dirigentes de la movilización. Exigir que el gobierno declare la inviabilidad del proyecto, responde a una estrategia de abierta confrontación, de «todo o nada» que fomenta el enfrentamiento entre cajamarquinos y puede conducir a la derrota del movimiento social. Así se dará la razón a quienes piensan que solo con la represión y el uso de la fuerza se conseguirá restablecer el orden y acabar con la protesta.
4. Es posible una nueva minería con responsabilidad social. Se debe valorar la ventana abierta que existe para inaugurar un nuevo modelo en las actividades extractivas en general y la minería en particular en todo el país. Esta posibilidad es un logro de la lucha legítima de los cajamarquinos. Se ha «levantado la valla» con respecto a los EIA, y se ha abierto la posibilidad de fiscalizarlas y de restructurar el sistema de aprobación y evaluación de los EIA. Es previsible, además, que los otros proyectos puedan exigir la presencia de peritos internacionales imparciales para revisar los EIA aprobados, y solicitar cuotas de generación de empleos, el aseguramiento de la disponibilidad de agua segura y procesos participativos para garantizar el cumplimiento de los EIA a lo largo de la vida de los proyectos.
5. La nueva minería debe tomar en cuenta el cambio climático. El cambio climático ha modificado el régimen de lluvias en los Andes, juntando los días de lluvia y ampliando los días de sequía. Por lo tanto, urge implementar reservorios para compensar la disponibilidad del recurso hídrico durante más días del año, especialmente en las poblaciones alto andinas. Si como parte del proyecto Conga se cuadruplica la disponibilidad de las lagunas existentes construyendo reservorios, se ayudará a las cinco cuencas a enfrentar los efectos del cambio climático que afectarán más a las poblaciones desprotegidas y de menores recursos.
6. No hay que perder la oportunidad de iniciar una nueva minería en democracia. El silencio de la empresa y el llamado a una huelga indefinida han configurado una situación de enfrentamiento sin salida que podría abrir la ruta hacia un autoritarismo en ciernes con sus secuelas de mayor corrupción. No perdamos la oportunidad de iniciar una nueva etapa de minería social y ambientalmente responsable, y respetuosa del agua y de las personas. No está en juego ni la «dignidad del pueblo cajamarquino» ni el honor del Ejecutivo, sino la democracia y sus instituciones que son la garantía del desarrollo.
7. Los Gobiernos Regionales tienen una oportunidad histórica de liderar el desarrollo de sus pueblos. Otras regiones, especialmente en la zona sur del país, están en espera del desarrollo de importantes proyectos mineros. Es obligación de los respectivos gobiernos regionales asegurar el uso de técnicas modernas de desalinización del agua de mar para que el país pueda utilizar el agua con el orden de prioridad ya conocido: consumo humano, vivienda, agricultura y posteriormente minería. En todas las regiones «mineras» sus gobiernos tienen la responsabilidad de liderar el desarrollo del nuevo modelo de minería socialmente responsable, abandonando el modelo de minería que no ha mejorado la calidad de vida de sus respectivas poblaciones.
8. La prioridad para el desarrollo del país debe ser la Agricultura y la diversificación productiva. La puesta en práctica de un nuevo modelo de minería, no debe desatender a la agricultura. Este es un sector intensivo en mano de obra, cuyo desarrollo, con una buena base infraestructural de irrigaciones, ayudará a resolver el problema del subempleo y el desempleo, y a lograr la seguridad alimentaria del pueblo peruano. El desarrollo de este sector es, asimismo, la base para la expansión de la capacidad exportadora agroindustrial que constituye un importante atractivo de inversiones. Dentro de esta perspectiva de desarrollo -que no excluye la industrialización y la diversificación productiva-, la Autoridad Autónoma del Agua debe ser fortalecida, para asegurar el uso adecuado y eficiente de este vital elemento para el futuro del país. Por todo ello, solicitamos reabrir de manera urgente la Mesa de Diálogo que se instaló en octubre del 2011, con representantes del gobierno central, del gobierno regional, de las organizaciones locales y de la Empresa. La agenda de esta Mesa debe ser: a) ampliación del volumen de los reservorios; b) generación de los empleos solicitados; c) modificación efectiva del proyecto para salvaguardar al menos dos lagunas; d) creación de un fondo de inclusión social para absorber las demandas de las poblaciones alrededor de los proyectos mineros como son: agua, luz, escuelas, proyectos agrícolas y ganaderos, etc.; e) creación de un fondo de gestión ambiental para asegurar la compensación de los daños de contaminación y de otros efectos ocasionados durante el proceso de desarrollo de la minería; y, f) las otras propuestas especificas del peritaje (monitoreo participativo, análisis hidrológico, etc.). El objetivo de la Mesa debe ser mejorar e implementar esta agenda para iniciar el proyecto, ahora sí, con la aceptación y fiscalización de la población cajamarquina. El diálogo es la manera de canalizar la protesta cajamarquina. La nueva minería no puede nacer antidemocráticamente.
Comisión Política Ciudadanos por el Cambio
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