jueves, 13 de octubre de 2011

URBANIZACIONES

Por: Willy Quevedo
willyquevedotamayo@yahoo.com

Antes de la aparición de Francisco Pizarro, Pachacamac fue la capital religiosa del antiguo Perú. Peregrinos de todas partes llegaban al santuario limeño. Los visitantes estaban obligados a someterse a 50 días de ayuno antes de pisar el lugar sagrado.
La influencia de Pachacamac duro trece siglos. Las centenas de sacerdotes y sabios que reinaban en la ciudad teocrática, se comunicaban en quechua. Esta lengua se expandió gracias a los cientos de miles de transeúntes que acudieron al centro ceremonial.
Viniendo desde el norte hacia Pachacamac, por el camino del inca, la vía era paralela a la actual avenida Aviación, en el cruce con Angamos existían tambos con todas las comodidades para que los viajeros descansen antes de llegar al gran oratorio.
Vale decir, el moderno distrito de San Borja era un lugar de paso indispensable hacia la mega huaca.
En 1982, Fernando Belaunde construyo Las Torres de Limatambo en parte de la hacienda de la familia Marsano.
Dos años atrás, habitantes del Asentamiento Humano San Juan Masías invadieron 5 hectáreas que estaban destinadas a parques de las Torres de San Borja.
Los fundadores del Asentamiento Humano El Bosque ocuparon tres hectáreas de la ribera del rio Surco colindantes a Chacarilla del Estanque.
Los pobladores del Asentamiento Humano Villa Victoria se establecieron en una zona dentro de la cantera de cal de Surquillo. María Cafferata Peñaranda, Pedro, Mario y Rosa Brescia Cafferata negociaron con el Ministerio
de Vivienda, la urbanización de la hacienda San Borja. Tuvieron que otorgar amplios terrenos a la Marina de Guerra. Esta institución utilizo el espacio para construir el Colegio Liceo Naval, la Sede Social y una Villa de casas para rentar a oficiales.
En 1985, el alcalde Hugo Sánchez Solari convenció al alto mando naval de la imperiosa necesidad de dividir y expropiar la propiedad de la Marina para continuar el trazo de la avenida San Luis.
La familia Izaga urbanizo la hacienda Chacarilla del Estanque siendo obligados a ceder al Ejercito el extenso inmueble conocido como el Pentagonito.
En conclusión, la historia de San Borja es rica en religiosidad y cordialidad. Asimismo, su diseño fue producto del dialogo entre el Estado y ex hacendados. Sin embargo, una pequeña porción de la circunscripción fue escenario de la emergencia popular que conquisto formalizar invasiones siendo actualmente contribuyentes que gozan de todos los derechos de la vecindad.

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