Enviado por: Gerardo Salazar
gerasalma@hotmail.com
No me gustan las cadenas por Internet, pero les pido que lean el artículo (Click en la imagen) publicado en Somos de El Comercio del Sábado 12 de Diciembre de 2009 (ayer). Allí se propone algo que podemos hacer nosotros, o inducir y si es necesario presionar para que se realice.
Además de las interesantes soluciones que propone el autor sugiero el uso de bibliotecas públicas o privadas para los escolares, que al adquirir cada año nuevos libros (miles de toneladas de papel) ayudan a deforestar y contaminar mucho más el planeta, así como al calentamiento global por la actividad industrial y energética involucrada. La vigencia de un libro texto es mayor a una año y algunos llegan a tener una vigencia mayor, como temas de historia, filosofía, matemática, etc.
Si nos deshacemos de prejuicios, los colegios privados podrían optar por la sana práctica que tiene el Ministerio de Educación –aunque por razones distintas- del préstamo de libros (si se desea alquiler), lo que podría hacerse por espacio de hasta cinco años o más.
En estos precisos momentos en Copenhague se negocia un nuevo protocolo que sustituya en el 2012 al de Kyoto. Puede ser la última oportunidad para evitar un cambio climático que se nos escape definitivamente de las manos. Pero la gran verdad es que la solución está a nuestro alcance. Toma CONCIENCIA y ACTÚA.
Cordialmente,
Jerry
gerasalma@hotmail.com
No me gustan las cadenas por Internet, pero les pido que lean el artículo (Click en la imagen) publicado en Somos de El Comercio del Sábado 12 de Diciembre de 2009 (ayer). Allí se propone algo que podemos hacer nosotros, o inducir y si es necesario presionar para que se realice.
Además de las interesantes soluciones que propone el autor sugiero el uso de bibliotecas públicas o privadas para los escolares, que al adquirir cada año nuevos libros (miles de toneladas de papel) ayudan a deforestar y contaminar mucho más el planeta, así como al calentamiento global por la actividad industrial y energética involucrada. La vigencia de un libro texto es mayor a una año y algunos llegan a tener una vigencia mayor, como temas de historia, filosofía, matemática, etc.
Si nos deshacemos de prejuicios, los colegios privados podrían optar por la sana práctica que tiene el Ministerio de Educación –aunque por razones distintas- del préstamo de libros (si se desea alquiler), lo que podría hacerse por espacio de hasta cinco años o más.
En estos precisos momentos en Copenhague se negocia un nuevo protocolo que sustituya en el 2012 al de Kyoto. Puede ser la última oportunidad para evitar un cambio climático que se nos escape definitivamente de las manos. Pero la gran verdad es que la solución está a nuestro alcance. Toma CONCIENCIA y ACTÚA.
Cordialmente,
Jerry
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