Por: Willy Quevedo
willyquevedotam@yahoo.es
Todo se resuelve químicamente es una frase que se ha puesto de moda. El mundo contemporáneo cree haber descubierto la panacea. Para cualquier malestar existe la pastilla adecuada.
Los comprimidos más populares son aquellos que se usan para ayudar a dormir, a hacer el amor, a evitar embarazos, a adelgazar y combatir la depresión. También se consumen suplementos vitamínicos innecesarios porque todos sabemos que con una dieta balanceada nuestro cuerpo recibe gran parte de los elementos que requiere.
El incremento de consumo de píldoras no se presenta porque hoy la humanidad padezca epidemias. Cada vez tragamos más grageas debido a que la población esta sugestionada. Se nos ha convencido que ingiriendo pastillas nos vamos a sentir mejor.
La industria farmacéutica es la gran beneficiaria de este negociado. Para ello utilizan todas las herramientas del marketing moderno. Emociones como la tristeza ante un golpe circunstancial que puede desvanecerse naturalmente, la hacen pasar como un cuadro agudo que necesita tratamiento inmediato con antidepresivos que a la larga son adictivos.
Ante este panorama, ¿Que podemos hacer ?
Comprender que en el transcurso de la vida existen momentos de malestar que así como han llegado se alejaran.
El bienestar es producto de la confluencia de una serie de hábitos sanos. Al depender de las píldoras se cae en un circulo vicioso porque se esta obligado a consumir mas pastillas para atenuar las contraindicaciones de las anteriores. Sin embargo, la mayoría de dolores de cabeza y espalda que aparecen sin razón son producto de la falta de sueño.
No existe nada que pueda reemplazar el efecto reparador del sueño. Al insomnio no se le puede dar ventajas.
Los somniferos recetados por los especialistas son recomendables pues esta demostrado que la causa de no dormir es la ansiedad.
Basta que se reduzcan las preocupaciones y la persona cae en los brazos de Morfeo.
willyquevedotam@yahoo.es
Todo se resuelve químicamente es una frase que se ha puesto de moda. El mundo contemporáneo cree haber descubierto la panacea. Para cualquier malestar existe la pastilla adecuada.
Los comprimidos más populares son aquellos que se usan para ayudar a dormir, a hacer el amor, a evitar embarazos, a adelgazar y combatir la depresión. También se consumen suplementos vitamínicos innecesarios porque todos sabemos que con una dieta balanceada nuestro cuerpo recibe gran parte de los elementos que requiere.
El incremento de consumo de píldoras no se presenta porque hoy la humanidad padezca epidemias. Cada vez tragamos más grageas debido a que la población esta sugestionada. Se nos ha convencido que ingiriendo pastillas nos vamos a sentir mejor.
La industria farmacéutica es la gran beneficiaria de este negociado. Para ello utilizan todas las herramientas del marketing moderno. Emociones como la tristeza ante un golpe circunstancial que puede desvanecerse naturalmente, la hacen pasar como un cuadro agudo que necesita tratamiento inmediato con antidepresivos que a la larga son adictivos.
Ante este panorama, ¿Que podemos hacer ?
Comprender que en el transcurso de la vida existen momentos de malestar que así como han llegado se alejaran.
El bienestar es producto de la confluencia de una serie de hábitos sanos. Al depender de las píldoras se cae en un circulo vicioso porque se esta obligado a consumir mas pastillas para atenuar las contraindicaciones de las anteriores. Sin embargo, la mayoría de dolores de cabeza y espalda que aparecen sin razón son producto de la falta de sueño.
No existe nada que pueda reemplazar el efecto reparador del sueño. Al insomnio no se le puede dar ventajas.
Los somniferos recetados por los especialistas son recomendables pues esta demostrado que la causa de no dormir es la ansiedad.
Basta que se reduzcan las preocupaciones y la persona cae en los brazos de Morfeo.
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