Despedida con un libro
Esta nota nos la hizo llegar: Fernando Yovera fyovera@gmail.com
Por Gustavo Gorriti
http://www.seguridadidl.org.pe/destacados/2009/07-10/despedida-con-un-libro.htm
Hace dos años me hice cargo de la dirección de seguridad ciudadana en IDL. Tuve claro desde el comienzo que esa era una responsabilidad en la que me tocaba aprender mucho más que enseñar.
Tuve la suerte de contar con un equipo excepcionalmente bueno, parte del cual tenía una significativa experiencia previa en seguridad ciudadana. Hoy, el aprendizaje continúa, pero las nociones centrales fueron rápidamente aprendidas e incorporadas al trabajo ya realizado.
Hay verdades que una vez enunciadas suenan perogrullescas, pero que en la realidad de los hechos resultan lejanas y ausentes. Que la seguridad ciudadana es un derecho humano; que la criminalidad depreda con particular intensidad a los más pobres, para quienes representa un impuesto confiscatorio que con frecuencia arrebata el esfuerzo de meses, de años, de la vida entera.
A la vez, la distribución de medios para la seguridad de los ciudadanos sigue el patrón perverso de la distribución de ingresos. La gente con recursos está bien protegida por el Estado nacional, el gobierno local y la empresa privada. La gente pobre no está bien protegida por nadie y por eso es la principal víctima de la criminalidad.
La respuesta –lo vimos claramente en IDL-SC–se expresa en una palabra: organización. Esa es la gran fuerza potencial del pueblo y el primer paso necesario. Al organizarse, la gente da un paso decisivo hacia la conquista de su seguridad. Luego, la inteligencia, capacidad de liderazgo, naturaleza democrática de la institucionalidad, junto con la disciplina y perseverancia, completarán el marco indispensable de protección.
La organización popular puede también exigir acción eficiente a los gobiernos locales y al Estado; y a la vez puede colaborar mejor con ambos cuando estos tres elementos consiguen el engranaje de planes y programas eficaces.
En IDL-SC hemos buscado estimular las organizaciones urbanas y rurales de seguridad ciudadana, difundiendo los ejemplos de éxito, las acciones que lo hicieron posible. También hemos asesorado a varias organizaciones en ese empeño.
En el ámbito rural, hemos buscado que instituciones exitosas, como las rondas campesinas de Bambamarca, aprovechen su disciplina y eficacia organizativa para convertirse en factores de desarrollo y cohesión social. La preparación a sus líderes para que estén en mejores condiciones de dialogar y, llegado el caso, de negociar con las mineras fue un primer paso importante. Lo más promisorio vino después: contactar a campesinos cajamarquinos con campesinos cusqueños, para que éstos mostraran las técnicas alternativas que, sincronizadas, han permitido a comunidades enteras salir de la pobreza y lograr seguridad alimentaria y desarrollo en pocos años. Esperamos que la colaboración del gobierno regional de Cajamarca prosiga y que la sierra norte peruana produzca yachachiqs tan experimentados y capaces como los cusqueños. Seguridad y desarrollo autogenerados: esa es una meta realista, que solo requiere perseverancia y una modesta inversión regional.
En el ámbito urbano, hemos buscado consolidar nuestras experiencias en un plan maestro de seguridad ciudadana que sea aplicable a casi cualquier distrito. Lo hemos hecho para Villa El Salvador y esperamos entregarlo pronto a sus juntas vecinales, su gobierno local y al ministerio del Interior. ¿La enseñanza fundamental? Que una eficaz organización democrática no es solo un arma para la seguridad sino también para el desarrollo. Que lo uno debe llevar con inteligencia a lo otro en mutuo refuerzo.
Lo que quizá le dio a IDL-SC una de sus características más distintivas es haber desarrollado una capacidad de investigación periodística aplicada al sector y sus problemas, especialmente el ministerio del Interior y la PNP. Tanto mis colegas como yo trajimos alguna experiencia y conocimiento del sector, lo suficiente como para saber que la corrupción es un grave problema.
Pese a tener un equipo pequeño, la fiscalización fue intensa y muy positiva en cuanto a resultados. Complementariamente buscamos resaltar y defender los casos de éxito y de denuedo en la acción policial. No siempre hemos logrado los mejores resultados, pero en varias circunstancias sí conseguimos que el mérito fuera reconocido y la corrupción evitada.
La PNP es una institución fascinante, en tanto alberga dentro de ella a personas de mérito excepcional, de notables logros profesionales, a muchos de quienes el país debe mucho más de lo que podrá pagar; junto a notorios corruptos y también a algunos inútiles de antología. Lograr que los mejores policías no solo comanden su institución sino dejen huella de ejemplo y de doctrina, es un objetivo fundamental para nuestra sociedad. A la vez, fiscalizar el sector e investigar a los corruptos es un indispensable esfuerzo complementario.
Seguridad ciudadana de IDL ya está bajo la competente dirección de David Lovatón. Habrá, como es inevitable y aconsejable, cambios de énfasis y de estilo. Yo inicio una nueva dirección, de periodismo de investigación en IDL, donde se consolidará lo que hemos hecho en IDL-SC y añadiremos otros campos y ámbitos de cobertura. Esperamos arrancar pronto con nuestro trabajo.
Nada de lo hecho en IDL-SC hubiera sido posible sin el esforzado trabajo de mis colegas Cecilia Narváez, Nancy Mejía, Romina Mella, Percy Espinoza; y, también Paola Ugaz y Sheilla Díaz, que antes de salir con licencia galvanizaron el área con su entusiasmo y la calidad de sus reportajes.
Y ahora sí me despido y los dejo con ‘Lo mejor de IDL-SC’.
Por Gustavo Gorriti
http://www.seguridadidl.org.pe/destacados/2009/07-10/despedida-con-un-libro.htm
Hace dos años me hice cargo de la dirección de seguridad ciudadana en IDL. Tuve claro desde el comienzo que esa era una responsabilidad en la que me tocaba aprender mucho más que enseñar.
Tuve la suerte de contar con un equipo excepcionalmente bueno, parte del cual tenía una significativa experiencia previa en seguridad ciudadana. Hoy, el aprendizaje continúa, pero las nociones centrales fueron rápidamente aprendidas e incorporadas al trabajo ya realizado.
Hay verdades que una vez enunciadas suenan perogrullescas, pero que en la realidad de los hechos resultan lejanas y ausentes. Que la seguridad ciudadana es un derecho humano; que la criminalidad depreda con particular intensidad a los más pobres, para quienes representa un impuesto confiscatorio que con frecuencia arrebata el esfuerzo de meses, de años, de la vida entera.
A la vez, la distribución de medios para la seguridad de los ciudadanos sigue el patrón perverso de la distribución de ingresos. La gente con recursos está bien protegida por el Estado nacional, el gobierno local y la empresa privada. La gente pobre no está bien protegida por nadie y por eso es la principal víctima de la criminalidad.
La respuesta –lo vimos claramente en IDL-SC–se expresa en una palabra: organización. Esa es la gran fuerza potencial del pueblo y el primer paso necesario. Al organizarse, la gente da un paso decisivo hacia la conquista de su seguridad. Luego, la inteligencia, capacidad de liderazgo, naturaleza democrática de la institucionalidad, junto con la disciplina y perseverancia, completarán el marco indispensable de protección.
La organización popular puede también exigir acción eficiente a los gobiernos locales y al Estado; y a la vez puede colaborar mejor con ambos cuando estos tres elementos consiguen el engranaje de planes y programas eficaces.
En IDL-SC hemos buscado estimular las organizaciones urbanas y rurales de seguridad ciudadana, difundiendo los ejemplos de éxito, las acciones que lo hicieron posible. También hemos asesorado a varias organizaciones en ese empeño.
En el ámbito rural, hemos buscado que instituciones exitosas, como las rondas campesinas de Bambamarca, aprovechen su disciplina y eficacia organizativa para convertirse en factores de desarrollo y cohesión social. La preparación a sus líderes para que estén en mejores condiciones de dialogar y, llegado el caso, de negociar con las mineras fue un primer paso importante. Lo más promisorio vino después: contactar a campesinos cajamarquinos con campesinos cusqueños, para que éstos mostraran las técnicas alternativas que, sincronizadas, han permitido a comunidades enteras salir de la pobreza y lograr seguridad alimentaria y desarrollo en pocos años. Esperamos que la colaboración del gobierno regional de Cajamarca prosiga y que la sierra norte peruana produzca yachachiqs tan experimentados y capaces como los cusqueños. Seguridad y desarrollo autogenerados: esa es una meta realista, que solo requiere perseverancia y una modesta inversión regional.
En el ámbito urbano, hemos buscado consolidar nuestras experiencias en un plan maestro de seguridad ciudadana que sea aplicable a casi cualquier distrito. Lo hemos hecho para Villa El Salvador y esperamos entregarlo pronto a sus juntas vecinales, su gobierno local y al ministerio del Interior. ¿La enseñanza fundamental? Que una eficaz organización democrática no es solo un arma para la seguridad sino también para el desarrollo. Que lo uno debe llevar con inteligencia a lo otro en mutuo refuerzo.
Lo que quizá le dio a IDL-SC una de sus características más distintivas es haber desarrollado una capacidad de investigación periodística aplicada al sector y sus problemas, especialmente el ministerio del Interior y la PNP. Tanto mis colegas como yo trajimos alguna experiencia y conocimiento del sector, lo suficiente como para saber que la corrupción es un grave problema.
Pese a tener un equipo pequeño, la fiscalización fue intensa y muy positiva en cuanto a resultados. Complementariamente buscamos resaltar y defender los casos de éxito y de denuedo en la acción policial. No siempre hemos logrado los mejores resultados, pero en varias circunstancias sí conseguimos que el mérito fuera reconocido y la corrupción evitada.
La PNP es una institución fascinante, en tanto alberga dentro de ella a personas de mérito excepcional, de notables logros profesionales, a muchos de quienes el país debe mucho más de lo que podrá pagar; junto a notorios corruptos y también a algunos inútiles de antología. Lograr que los mejores policías no solo comanden su institución sino dejen huella de ejemplo y de doctrina, es un objetivo fundamental para nuestra sociedad. A la vez, fiscalizar el sector e investigar a los corruptos es un indispensable esfuerzo complementario.
Seguridad ciudadana de IDL ya está bajo la competente dirección de David Lovatón. Habrá, como es inevitable y aconsejable, cambios de énfasis y de estilo. Yo inicio una nueva dirección, de periodismo de investigación en IDL, donde se consolidará lo que hemos hecho en IDL-SC y añadiremos otros campos y ámbitos de cobertura. Esperamos arrancar pronto con nuestro trabajo.
Nada de lo hecho en IDL-SC hubiera sido posible sin el esforzado trabajo de mis colegas Cecilia Narváez, Nancy Mejía, Romina Mella, Percy Espinoza; y, también Paola Ugaz y Sheilla Díaz, que antes de salir con licencia galvanizaron el área con su entusiasmo y la calidad de sus reportajes.
Y ahora sí me despido y los dejo con ‘Lo mejor de IDL-SC’.
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